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Varias comunidades de la etnia Wayuu se tomaron la tarde
del lunes el Consulado de Venezuela con sede en Riohacha, y lo desalojaron de
manera pacífica después de hacer un pacto de caballeros con el Cónsul José
Gregorio Justo Guanda, que regresaban a continuar con los diálogos a las 8 de
la mañana.
Cuando regresaron la edificación estaba protegida por los
miembros de la Policía Nacional, al observar ese cuadro, la líder wayuu Rosario
Aguilar, molesta e indignada dijo que el Cónsul había empeñado su palabra y los
había traicionado.
Los nativos se habían tomado el Consulado de manera
pacífica como argumento de presión y los funcionarios de la empresa PGVSA-Gas se
hicieran presentes, para que les cumplan con los compromisos adquiridos con las
comunidades y que están en un documento.
Según se pudo conocer, el Cónsul tenía buenas intenciones
de facilitar las dependencias y ahí se iba a redactar un documento para enviárselo
el Ministerio del Interior.
La líder Rosario Aguilar, exige se les cumpla con lo
firmado en anteriores reuniones, que contraten vigilancia para las válvulas y
el tramo del gasoducto y cumplan los compromisos o de lo contrario se lleven el
tubo.
“Tenemos 6 años de estar luchando, me hicieron ir cuatro
veces a Venezuela, luego quedaron en enviar una comisión y años después,
todavía la estamos esperando; se han burlado de nosotros”, dijo Rosario
Aguilar.
Requieren la presencia de Fernando Carrillo y Juan
Gabriel Uribe, Ministro del Interior, y del Medio Ambiente, respectivamente; al
igual que de la Canciller, María Ángela Holguin, un funcionario de alto nivel
de la Dirección Nacional de Fiscalía.
 José Gregorio Justo Guanda
Los nativos dicen que existen muchas anomalías que se han
venido presentando con la licencia ambiental 1133 que ampara la construcción
del proyecto.
Las vías de hecho arrecia y ya los nativos se tomaron las
tres válvulas que existen en Colombia del gasoducto binacional Antonio
Ricaurte.
Dicen que al contratar los vigilantes ellos se sienten seguros,
porque se podrían presentar delincuentes y causar alguna explosión que
afectaría directamente a ellos. A la empresa de vigilancia le cancelaron el
contrato y sus parientes quedaron cesantes.
Igualmente, los nativos no quieren como negociadora Sara
Moya Machado, de la gerencia de PGVSA-Gas Colombia, es más, quieren que se vaya
de la empresa. 
Asimismo, se conoció que un grupo de funcionarios del
Ministerio del Interior se alista para dialogar con los nativos en el día de
hoy.