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Yeimi Epiayu Peralta, tal vez es la única boxeadora wayuu que se conoce hasta ahora. Dentro de cuatro meses espera retomar la búsqueda de sus sueños: culminar sus estudios y saltar al boxeo profesional.
Desde los 12 años, Yeimi quiso ingresar en el mundo de las narices chatas; sin embargo, su padre no estuvo de acuerdo y tuvo que esperar a cumplir su mayoria de edad.
Sin el apoyo de la familia tuvo que estudiar y  trabajar sin dejar de lado lo que poco a poco se convirtió en su pasión y en un medio para diferenciarse del común de las mujeres de su raza wayuu.
Su entrenador, el profesor Jhon Bolaño, descubre en ella una característica especial, aunque es diestra, pega con la zurda y debe retomar con la derecha, lo que la convierte en ambidiestra y hace el entrenamiento un poco tedioso.
Los sparring que tenía eran todos hombres, algunos con trayectoria y categorías más altas que la de ella; pero eso nunca la amilanó para seguir adelante.  
Los días de Yeimi transcurrían entre sus estudios de auxiliar de farmacia, su trabajo y un arduo entrenamiento dividido en dos jornadas, donde la primera iniciaba a las 3 de la madrugada, hora en que se levantaba para ir a trotar; en la tarde iba al coliseo Eder Jhon Medina  a continuar entrenando hasta las 8 ó 9 de la noche.
Debido a su embarazo, debió abandonar su entrenamiento, estando a punto de saltar al profesionalismo. Aunque entrenó como de costumbre hasta el quinto mes, poniendo en riesgo su vida y la de su bebé, estuvo conectada a una maquina prácticamente inmóvil por varios días, las posibilidades de vida del niño estaban muy reducidas ya que sus pulmones no estaban suficientemente maduros.
A los cinco meses de gestación, su embarazo fue declarado de alto riesgo, con la ayuda de Dios y del padre de su hijo, logró salir adelante y su bebé nació sano y salvo, a los nueve meses de embarazo.
Para la deportista, el nacimiento de su hijo, es otro aliciente más  para buscar el triunfo, por ahora sigue los consejos de los médicos y espera retornar a sus entrenamientos, después del tiempo prudencial que aconsejan.
Yeimi se ve compitiendo y compartiendo el ring con las mejores del mundo, el padre de su hijo la apoya, aunque con temor de los golpes que reciben en esta disciplina. También nos adelanta que existe la posibilidad de contar también con El Gallo como entrenador, lo que sería una considerable ventaja por la trayectoria de este instructor riohachero.