Cecilia Barraza Asesora de la Dirección Nacional del ICBF, aseguró que el 3.2 % de los niños entre cero a cinco años sufre de desnutrición aguda tres veces más que el promedio nacional, una cifra que se considera muy alta para la situación que enfrenta.
La encuesta reveló que solo el 66 % de los niños tenían un peso adecuado, los demás tienen problemas de desnutrición aguda o un riesgo de peso bajo para la talla, lo que representa un retraso del 59 por ciento.
La funcionaria informó que existe un riesgo bajo para la talla de un 24%, es decir más del 75 por ciento se encuentra en retraso en la talla o riesgo de talla baja para la edad que tienen, lo que considera grave.
El 65 por ciento de los niños que se encuestaron no reciben ningún otro alimento, salvo la leche materna, cuando se supone que a los seis meses ya un niño debería estar recibiendo otros alimentos como papilla, solo un 16 por ciento reciben otro alimentos a esa edad, lo que significa que un 75 por ciento de los niños están en riesgo por no tener una alimentación adecuada.
De las personas que se entrevistaron 674 niños y niñas menores de cinco años presentaron diarrea en los últimos 15 días, es decir el 11 por ciento de la población que se encuestó, lo cual también es un riesgo y está asociado a las condiciones de alimentación de higiene, y al uso del agua que revierten en ese tipo de enfermedad.
Otros números de la encuesta indican que solo el 46 por ciento de las familias tienen acceso a agua dulce, el restante solo tiene posibilidad de agua salobre no apta para el consumo humano, el 51 % depende de las aguas lluvias, el 27 % cuentan con pozos profundos y el resto con los jagueyes, el 86% obtiene agua de manera manual. El 78 por ciento están afiliados al sistema de salud.
Se encuestaron a 6 mil 557 menores de cinco años, 10 mil 782 de niños y adolescentes entre cinco a 17 años, 322 mujeres gestantes 682 mujeres en periodos de lactancia, y 2.199 adultos mayores, que representa un área cubierta en total al 34 por ciento de territorio de esos tres municipios.
El objetivo a diciembre de este año, es que la segunda fase de la microfocalización represente el cien por ciento de las familias indígenas de los municipios de Riohacha, Manaure y Uribia, para saber exactamente cuántos niños wayuu siguen sufriendo por desnutrición y evitar que ese número aumente brindando la atención que requieren esas familias.