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Es maravilloso ver, como la tecnología enfocada en la salud y la calidad de vida de los seres humanos sigue avanzando de una forma impresionante, donde muchos de los desarrollos buscan dar el siguiente paso en la fabricación de prótesis con características que no solo sustituyan un miembro, sino que traigan una serie de beneficios lo más apegados a la realidad.

la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa de los Estados Unidos (DARPA), es una de las dependencias que más ha avanzado en el tema de desarrollos de robótica e inteligencia artificial, al grado de haber anunciado hace unos días una actualización a su brazo robótico «Luke Skywalker», para dotarlo de tecnología que haga que la persona pueda percibir sensaciones. Pero hoy, se da un paso más dentro de estos desarrollos, ya que ahora no estamos hablando de una prótesis o un brazo robótico, sino de piel sintética capaz de transmitir sensaciones de tacto.

Las personas con prótesis podrían recuperar el tacto

Bajo una investigación dirigida por el profesor Zhenan Bao y Alex Chortos de la Universidad de Stanford, han logrado desarrollar un interesante sensor plástico que es capaz de implementarse sobre piel artificial, trayendo así la posibilidad de transmitir sensaciones de presión y tacto a la persona que porta este tipo de piel.

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Este sensor está fabricado con circuitos orgánicos flexibles y sensores de presión, que son capaces de reproducir la sensibilidad de la piel. Se encuentra montado sobre dos capas de piel sintética, la capa superior contiene el sensor y la de abajo, los circuitos encargados de enviar la información recibida en forma de impulsos hacia el cerebro, quien lo traduce en sensaciones.

Además de esto, los sensores de presión utilizan nanotubos de carbono en forma piramidal, lo que hace que las señales se canalicen de forma eficiente, ya que son los encargados de comprimirse al recibir presión física. Lo que sin duda es el mayor avance de esta tecnología, ya que nunca antes se había podido traducir la presión estática de un objeto sobre la piel, en señales digitales capaces de identificar los diferentes grados de resistencia que puede detectar esta piel.

Esta tecnología permitiría instalar pequeños fragmentos de piel sintética, por ejemplo en las puntas de los dedos de una prótesis, para que así la persona recupere parte del sentido del tacto. Las primeras pruebas se han realizado con éxito en ratones de laboratorio, pero ahora el siguiente paso es hacerlo en seres humanos, además de ampliar las capacidades del sensor, para tener mayor campo de sensaciones y poder sentir frío o calor, así como ciertos grados de dolor.