La Fundación Juan Pablo II recorrió varios kilómetros para llegar a la comunidad indígena de Bomconshon ubicada en Manaure para entregar regalos a los niños y niñas, a cambio de una sonrisa.
También llegaron al hospital Nuestra Señora de los Remedios a entregarle a los menores que se encontraban en el centro asistencial.
«Porque se ha convertido en una de nuestras metas, porque cada día luchamos por ayudar a quien nos necesita, porque ha sido nuestra ayuda Dios, porque nuestra mayor alegría es ver sonreír a un niño», dijo Andrea Pedraza, representante de la Fundación.