Feria agroalimentaria, en donde las indígena de la etnia Wayúu exhibieron los productos que realizaron con los insumos de la producción de alimentos de la huerta.
-Publicidad-
-Publicidad-

Dulce de leche de chivo, arroz de cecina (con chivo asoleado), plátano asado y maíz con leche o yajaushi, hacen parte de las deliciosas recetas que prepararon 15 comunidades Wayúu de Manaure para la Feria Agroalimentaria realizada este viernes por Prosperidad Social en la comunidad La Sierrita.

Estos hogares hacen parte del programa de seguridad alimentaria y nutrición ReSA Étnico, que en La Guajira beneficia a 3.780 familias de Maicao, Uribia y Manaure que están sembrando en 12 huertas comunitarias y en 93 huertas familiares.

“Ahora podemos sembrar en cualquier época del año, no solo cuando llueve porque ya tenemos sistemas de riego, ya sacamos nuestras primeras cosechas de maíz, frijol, yuca y patilla para nuestro consumo y estamos sembrando berenjena, ahuyama, pepino y ají jalapeño”, explicó Ana Celia Uriana, autoridad de la comunidad de La Sierrita.

-Publicidad-
-Publicidad-

“Estamos empezando a sembrar paz desde ahora, con el apoyo del programa de seguridad alimentaria que nos está dando nuevas oportunidades para empezar a creer”, dijo Daisy Camargo de la comunidad Majali.

Las comunidades de La Villa, Casutalain, Triliyamana, Majali, Anaripa, Maluwaisao, Waspaliwao, Pirruaitaca, Pashara, Ceibal, Jomasira, Grasamana, Icipa y Pesuapa en Manaure han cambiado sus hábitos alimentarios.

Para el caso de la comunidad La Sierrita, las familias están sembrando también en una huerta comunitaria de 3.000 metros cuadrados, de los cuales 1.000 son de maíz, 860 de frijol, 500 para yuca y plátano, además de 50 plantas de patilla, 50 de tomate y 50 frutales.

Estas comunidades también recibieron, entre otros, insumos como tanques de agua, vajillas, semillas, además de capacitación, asistencia técnica y encuentros motivacionales para el rescate de su cultura y tradiciones.

Esta feria agroalimentaria, que contó con 15 stand, degustación de recetas, bailes y juegos tradicionales, sirvió para que las comunidades intercambiaran experiencias y conocieran qué están cultivando en sus huertas familiares y comunitarias.