María Eugenia Deluque Tirado.
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Por: Yeeldi  Bermúdez, periodista de LaGuajiraHoy.com

Bien temprano llega María Eugenia Deluque Tirado, a cumplir con su labor, llevando al palacio distrital pasabocas, jugos y comida; alimentos que elabora con sus manos, los cuales, tienen como ingrediente especial el amor y empeño por progresar.

Mayo, como es llamada por cariño, es una mujer dedicada, y hace aproximadamente, 18 años se encuentra trabajando en la plazoleta de la alcaldía. Con un termo de jugo y en una canasta, lleva deditos, empanadas, pastelitos horneados, y mucha alegría a su clientela, pues más que una vendedora, le gusta ser amiga de la gente.

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María Eugenia Deluque Tirado (1)Amable, sencilla y muy cariñosa, Deluque Tirado, es un ejemplo de superación, pues lo que labra con sus manos, ha sido utilizado para sostener una familia, conformada por ella y sus 3 hijos, los cuales educó y crió con valores y principios.

Desde muy joven demostró su amor y buen toque para la cocina, y gracias a esto, ha logrado salir adelante, entre su clientela frecuente es llamada como la funcionaria que no tiene sueldo, ya que a diario se encuentra en la alcaldía como los demás empleados, pero su sueldo es producto de sus ventas “yo no tengo sueldo de la alcaldía, pero recibo de todos los funcionarios y también de los que llegan en las mañana”, asegura entre risas.

En agradecimiento a todas las atenciones que ha tenido por parte de las administraciones, no se niega a hacer un favor, “no tengo inconvenientes en hacer favores; aquí me cuidan mis productos, y hasta me venden cuando no estoy” expresa la funcionaria sin sueldo, de la alcaldía.

Llegada al palacio distrital

Haciendo un favor llegó a la Alcaldía, ya que una amiga le pidió que hiciera un día de licencia, y después unas vacaciones a una de las señoras del área de servicios generales y desde entonces, no salió más de allí. “Hice unas vacaciones en el Concejo distrital, atendí a los funcionarios, y desde allí no he tenido otro lugar, mi segundo hogar es este”.

María Eugenia Deluque Tirado13e (1)Manifestó, que al ver la demanda de personas, se ideó vender productos y llevarlos hasta la plazoleta de la Alcaldía y ahí se quedó. La primera vez, llegó hasta la Secretaría de Educación, que estaba en la calle cuarta y, ahí tenía amigos que le ayudaron con los porteros para que la dejaran entrar, porque era conocida, pasó puesto por puesto a cada una de las oficinas, y ese es su trabajo hasta la actualidad.

Relación entre ‘compañeros’

Con un sueldo diario de aproximadamente 50 mil pesos, levantó su hogar sin compañero sentimental, pero con muchos ‘maridos’, según ella, siempre le preguntan cuántos tiene, a lo que responde, “toditos los que vienen aquí, son mis maridos, porque yo noto que si yo no vengo a la alcaldía, se ponen triste”.

Deluque Tirado, asegura que los días, para los compañeros son grises cuando no va, porque extrañan sus carcajadas, sus juegos y sus productos, es así como hacen empalme como si fuera una funcionaria más, cada cuatrienio porque el compañero antiguo la presenta y ya ‘coge’ la confianza.

Es celada y peleada por sus compañeros porque le dicen ajá, ¿y a él lo quiere más que a mí?’ en son de reclamo si llega a ser más cariñosa con alguno más que con el otro. Mayo, siente respaldo de sus compañeros porque gracias a la administración anterior recibió subsidio de vivienda y todos de una u otra manera le han ayudado y nunca le han puesto obstáculos para ingresar, más bien, la recomiendan.

María Eugenia Deluque Tirado67“Estoy muy agradecida con los alcaldes que salen y con los que llegan porque nunca me han cerrado las puertas de la Alcaldía, más bien, es triste para mí cuando uno de mis compañeros se va por cualquier situación o en su defecto si muere alguno”, manifestó.

De forma jocosa, no dejan de preguntarle si se pensionará en la Alcaldía, y responde entre risas y carcajadas que si hubiese una ley que la pensionara, no le faltaría mucho, porque ya es conocida por varias administraciones, de hecho, hasta la ven en la calle y la saludan y le aconsejan que nunca deje de cocinar porque esa es su mayor y mejor profesión.

Asimismo, se refiere cuando le tocan los cambios de administración, los califica como periodos de incertidumbre, porque es doloroso ver que a sus compañeros les toca irse. Sin embargo, ellos mismos le dicen que no se preocupe, porque a ella no la tocarán.

María Eugenia, como muchas mujeres de La Guajira, son ‘echadas para adelante’, son unas luchadoras y dignas de admirar, no solo por su trabajo, sino por su forma de ser.