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Por Maybelys Ávila

La iglesia católica celebró el viernes de dolor o soledad, un día dedicado al silencio y contemplación del sufrimiento de la madre de Jesús, es el último viernes de la cuaresma tiempo de preparación a la semana santa.

En Riohacha esta celebración tiene un sentido relevante, un grupo de mujeres llamadas comunidad de las Madres Católicas llevan 78 años venerando la imagen de la dolorosa, actualmente está conformado por 32 féminas bajo la guía espiritual del padre Said Mendoza Gómez, vicario cooperador de la catedral, y la dirección de Imelda Campo Amaya.

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Esta fraternidad se reúne el tercer sábado de cada mes con la intención de formarse en la parte espiritual, estudiando la vida de la virgen María como ejemplo de mujer y madre que desde la sencillez y humildad ha guiado a los cristianos en el seguimiento de su hijo Jesús.

Para estas 32 mujeres contemplar a la Dolorosa es sentir en carne propia el amor y entrega por todos los hijos, cumpliendo el legado que recibió María al pie de la cruz quien adquirió la maternidad de toda la humanidad.

La feligresía veneró a la Dolorosa en la procesión que estuvo acompañada por la comunidad de las madres católicas, un grupo de hombres católicos que llevaron a la virgen en sus hombros y al ritmo de música de banda recorrieron las calles de alrededor a la catedral llevando su bendición e indicando el camino a seguir los próximos días santos.