El diálogo entre los líderes indígenas y los estudiantes de la Universidad de La Guajira.
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Decenas de pescadores del municipio de Manaure, a través de un proyecto de investigación, revelaron que la contaminación acústica por exploración minera en el mar, el no tratamiento de aguas residuales, la sobrepezca y la aparición del pez león, son algunas de las posibles causas de la crisis pesquera en la localidad.

La afirmación la hicieron en el marco de uno de los talleres del proyecto “lineamientos para el Ordenamiento Territorial Marino y Costero de La Guajira desde la diversidad cultural, que adelanta el grupo de investigación Territorios Semiáridos del Caribe de la alma mater.

Puntualmente, el pescador José González Pushaina manifestó su preocupación frente a la pesca indiscriminada y atribuyó la disminución de la fauna marina a la falta de consciencia y utilización de herramientas y técnicas inadecuadas.

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Sostuvo que “las mallas de ojos pequeños generan un enorme desperdicio de las especies y aún así, son las más usadas por los pescadores del Departamento”.

Una de las primeras personas en emplear este tipo de utensilios y aplicar el arrastre en alta mar, fue el presidente de Asopimar, Ernesto Gouriyu Uriana, quien durante la jornada reconoció el daño que le hizo a los ecosistemas marinos con estos métodos y pidió disculpas a quienes con él, padecen las consecuencias.

Argumentó que antes de esto, la aparición del pez león ya causaba una notable reducción de las poblaciones de peces en Manaure y aunque lo reportaron hace alrededor de 15 años a Corpoguajira y a la Dirección General Marítima de Colombia (Dimar), nunca han recibido respuestas al respecto.

Entretanto, el técnico en procesamiento de productos pesqueros, Alberto Batista Jinete, enfatizó en que se deben estudiar las perforaciones y detonaciones en el mar, convencido de que ha sido uno de los problemas más graves para la pesca en La Guajira.

“Frecuentemente se veían peces moribundos en la superficie y la orilla. Los pescadores solían encontrarlos boca arriba justamente en tiempos de implosiones para la extracción de gas o petróleo”, agregó Orlando Sojo López, comerciante y jefe de pesca en Manaure.

Por su parte, Manuel Granadillo Uriana, miembro de la Comunidad Indígena Piedras Blancas, dijo que el mal manejo y vertimiento de las aguas residuales en el mar está empeorando la situación.

“Los peces salen contaminados y al consumirlos hemos tenido afectaciones de salud como diarrea, dolores de cabeza y brotes en la piel. Además el olor en la zona es insoportable”, señaló.

Sumado a esto los pescadores indicaron que a la hora de comercializar lo mucho o poco que capturan les toca competir con los precios bajos que han impuesto los venezolanos.

“La costa de Manaure no tiene pescado y encima de eso nos enfrentamos a una competencia con mayor dotación tecnológica, un mar en mejores condiciones y productos con valores considerablemente inferiores. La pesca de nosotros es vergonzosa y no da para vivir”, puntualizó Orlando Sojo López.

Sobre el taller, el pescador insistió en que «son los escenarios que necesitan para verse como gremio y aportar soluciones entre todos».