Dormir en cualquier piso, o en un lugar diferente a este, es poco lo que tienen los venezolanos en Maicao.
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Por: Alcides Alfaro Guerra.

A media que pasan los días y se dificultan aún más las cosas en Venezuela, aumenta el número de ciudadanos de  ese país que han encontrado como refugio las ciudades vecinas en la zona de frontera con Colombia.

Las historias son infinitas, si se tienen en cuenta que la trayectoria del éxodo está llena de vicisitudes. “Anoche cuando veníamos, nos atracaron y nos quitaron todo en una trocha”, narra un joven que con una niña de brazos busca en medio de los ciudadanos maicaeros que le aporten para comer algo.

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Otros logran cruzar la frontera incólumes, pero al llegar a Maicao en medio de la esperanza, se dan cuenta que si bien pueden estar más tranquilos y encontrar la solidaridad propia de los habitantes de esta población, también es cierto que deben enfrentar las inclemencias del tiempo porque al caer la noche el optimismo cambia.

Pues las circunstancias los obligan a adaptarse y a reunirse con muchos paisanos para pasar ese tiempo unidos en un sitio público, llámese alar de una casa, un cambuche o sencillamente el piso sobrante de un local comercial, si es que cuenta con suerte que les permitan dormir allí. 

Así en medio de estas circunstancias transcurren los días en Maicao, donde el número de ciudadanos que llega es cada día mayor.

La situación no es fácil, ni para los nuevos visitantes ni para los habitantes de esta ciudad que ve atónita como los vecinos invaden la población, colapsando la parte  sanitaria ya que no tienen donde hacer sus necesidades y son las vías públicas las que se convierten en mingitorios y letrinas.

La  comunidad  fronteriza entre tanto, espera acciones del gobierno local frente a tan crítica situación, pero no hay una reacción oficial y la situación sigue igual y mañana, lo más probable es que sea peor.

1 COMENTARIO

  1. colombianos hagan refugios den trabajos y cencen a los venezolanos tambien por actitudes de trabajo y experiencias

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