Los guajiros continúan pasando dificultades para conseguir un poquito de agua.
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Por Astrid Castillo López.

El 48 por ciento de la población de La Guajira padece del preciado líquido. Ellas deben recorrer largos caminos para acceder a ella y muchas veces sus condiciones no son saludables o aptas para el consumo humano.

El agua es un elemento vital para la vida del ser humano, animales y demás seres vivos, de hecho el 70 por ciento del cuerpo humano está compuesto de agua. Considerando la importancia que tiene este elemento la ONU declaró que cada 22 de marzo debía celebrarse el Día Mundial del Agua.

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Esto se hizo con la intención de hacer un llamado de atención sobre la importancia del agua dulce y la defensa de su gestión sostenible. En el caso del departamento de La Guajira todavía existen algunas falencias con respecto al acceso y suministro del agua potable.

En Uribia, capital indígena de Colombia, en algunos barrios llega el agua una vez a la semana, otras veces no llega y en otras comunidades simplemente no saben que es disfrutar de este servicio por tubería, por ello les toca comprar el tanque de agua a 20 mil pesos.

Los habitantes de este municipio sostienen que quienes mayor acceso tienen al agua son los familiares o amigos más allegados a los miembros de la administración municipal, de resto quienes no compran el agua sufren los embates que genera la falta de este vital líquido.

En el caso de Riohacha, en barrios como el siete de agosto, el preciado líquido llega los fines de semana una o dos veces, los vecinos se quejan de esta situación porque no les da tiempo de llenar sus albercas y almacenar la suficiente agua que dure toda la semana o hacer los quehaceres del hogar como lavar sus ropas.

Según, la Organización Mundial de la Salud (OMS) los estados, no realizan suficientes inversiones para lograr los objetivos planteados en la agenda 2030 de Naciones Unidas respecto a los servicios de agua y saneamiento.

Esta organización destaca que 844 millones de personas no tienen un servicio básico de suministro de agua potable. También señala que el agua contaminada puede transmitir diarrea, cólera, disentería, fiebre tifoidea y poliomelitis.

En este sentido es importante que desde los gobiernos locales, regionales y nacionales se comiencen a establecer mecanismos que mejoren el acceso a este servicio, en especial en las rancherías de la Alta Guajira, quienes son los más afectados por esta situación.

Es fundamental que se comiencen a desarrollar estrategias que ayuden también a concientizar sobre la importancia de ahorrar este vital líquido ya que según pronósticos de la Organización Mundial de la Salud para el año 2025, se espera que más de la mitad de la población del mundo viva en zonas de escasez de agua.

En las siguientes imágenes mostramos las realidades por las que pasan los guajiros, habitantes de algunos barrios y corregimientos de Riohacha y otras rancherías de los municipios vecinos, para conseguir el vital líquido que les permita subsistir, aunque muchas veces estas no les de garantía de una vida sana.