Wilmar Navarro sacerdote de Uribia, pidió reconciliación entre hermanos y ser más generoso con los hermanos venezolanos y reprochó la medida de deportación que se está implementando en La Guajira.
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Durante la celebración de la eucaristía por los 83 años de fundación de Uribia como la Gran Nación Wayúu, el padre Wilmar Navarro basado en el evangelio del día, Lucas 16, 19-3, reflexionó al respecto de las condiciones entre el rico y el pobre, siendo la indiferencia entre el uno y el otro la que condena al destierro.

El mensaje fue claro y preciso, tres minutos aproximadamente le bastó para dar su enseñanza, justo antes de la bendición final, solicitó el espacio que fue cedido por el sacerdote Yenner Orozco y ante la mirada atenta de las autoridades locales, políticos y sociedad en general, quienes se encontraban dentro del templo, expresó con voz fuerte el mensaje enfocado en la realidad que viven hoy día muchos uribieros.

La reflexión la inició contextualizando el relato de la sagrada escritura, la cual habló de dos personajes, uno era llamado Lázaro un hombre que vivió en la mendicidad pasando necesidades, que al morir fue al cielo, mientras que el segundo era un hombre rico de quien no registran un nombre sino lo que aparentaba tener, quien al morir solo fue enterrado.

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Basado en esta descripción explicó que la pobreza no es signo de salvación y la riqueza no es signo de condena, “lo que condena al rico no es su riqueza sino su indiferencia, porque mientras él banqueteaba en su mesa, afuera había un pobre pasando necesidades. Si el rico fuera generoso, aparte de pasarla bien aquí también heredaría el reino de los cielos”.

Explicó que Dios y 83 años de historia hacen un llamado a la generosidad y la solidaridad, refiriéndose a la necesidad que desde siempre han vivido muchos Wayúu de la gran nación, venezolana y colombiana, que están retornando a su tierra y otros no Wayúu que vienen en busca de oportunidades.

“Mientras que para muchos nuestros hermanos venezolanos son incómodos, para nosotros los creyentes no puede ser así, en un hermano que este al pie de tu mesa pidiéndote algo tu puedes tener la oportunidad de ganar el reino de los cielos, o incluso si estas banqueteando como el rico y un necesitado toca tu puerta y no atiendes esa indiferencia te condenará”.

Rechazó la medida de deportación tomada por el Estado que a consideración no trae solución a una realidad y aclaró que la responsabilidad no recae solo en los dirigentes políticos sino en la sociedad común que puede hacer la diferencia desde lo cercano.

“Cada vez que te toque la puerta un hermano necesitado, acuérdate que no te trajo fastidio, sino la posibilidad de ganar el reino de los cielos, y que la indiferencia te puede condenar”, concluyó.