Corría el año 1961 con apenas 16 años y con su grado de bachiller otorgado por ‘el colegio de las monjas’, tomó la decisión más importante de su vida, unirse en sagrado matrimonio con Alejandro Palacio Velázquez, su eterno amor.
Hoy con 73 años en la tranquilidad de su hogar y con el título de ‘reina de las abuelas’, otorgado por sus 17 nietos y dos bisnietas, María de La Cruz Salas de Palacio recuerda cómo fueron esos días en la década de los 70 y 80 con su hogar ya conformado donde una mala jugada les arrebató lo más preciado.
“Me casé muy joven con Alejandro, tuvimos nuestros hijos, nos mudamos a Maicao buscando bienestar y tranquilidad pero tuve la mala suerte que lo perdí a él”, así cuenta doña María sus inicios, donde un duro golpe le cambió la vida y la hizo más fuerte.
Cuenta que la muerte repentina de su esposo le hizo perder el norte por unos meses pero luego al ver a sus ocho retoños que iniciaban el andar, despertó a una cruda realidad que la llevó a tomar las riendas de ser padre y madre a la vez, trabajando incansablemente por educar a sus hijos.
“Siempre pensé que tenía que salir adelante con mis hijos sola, porque por mi cabeza no pasó ponerles un padrastro, para mí nunca ha habido ni habrá hombre más bello que mi esposo, desde que Alejandro murió me consagré a Dios y a él, yo soy esposa».
Para sus hijos, María de La Cruz es el ejemplo vivo de amor, emprendimiento, respeto y sobre todo confianza, “mi mamá no le tiene miedo al trabajo y esa es la enseñanza que nosotros tenemos de ella para salir adelante, en el día a día mi mamá dejaba de ponerse algo que ella necesitaba para dárnoslo a nosotros”, mencionó llena de nostalgia Mónica Palacio Salas, su hija mayor.
Mientras que sus nietos la describen como una abuela comprensiva, regañona pero sobre todo muy divertida, “mi abuela ha tomado el papel de todo, es la mejor porque le gusta hacer bromas, le gusta mimarnos y nos quiere a todos sus nietos por igual”, así la describió Adriana Andrea Barros Palacio, una de sus nietas.
Doña María es muy conocida en el sector de la calle 9 con carrera 15, donde lleva más de 40 años, sus vecinos diariamente llegan a tomarse el café de la primera hora, donde la encuentran leyendo sus lecturas bíblicas y haciendo el rosario a la virgen María.
Comenta otra de sus hijas, Alejandra Palacio Salas, “diariamente llego muy temprano a la casa de mi mamá, hacemos el rosario las dos, los vecinos vienen se toman el café, se leen el periódico y hablan de todo, ella es muy respetada y querida por todos porque es muy atenta con sus vecinos”.
Aún a su edad sigue estando al frente del negocio familiar, junto a sus hijas en quienes se apoya para sacarlo adelante, su honestidad y sencillez la caracterizan.
“Ella está pendiente de todos aquí en la casa, de sus vecinos y amigos, si alguien está enfermo ahí está mi mamá apoyándole”, comentaron.
María de La Cruz se declara católica con todas las de la ley, forma parte de las hermanas del Sagrado Corazón y Jesús Nazareno de la Catedral donde cada domingo acude a la santa eucaristía, todas estas razones hacen que María Salas de Palacio, sea una digna matrona riohachera incansable y dedicada a sus los suyos.