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Ay el 26 del mes de mayo, nació un niñito en el año 57 y allá en La Junta, fue bautizado y hoy se conoce con el nombre de Diomedes.

En Carrizal tierra de poetas, cerca del pueblo nació el cantor campesino y desde entonces he venido, con gran placer y cariño representando mi herencia.

Entre la junta y patillal, sobre lomas y sabanas (bis), hoy canto versos del alma cuando empiezo a recordar(bis)

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Con esta canción de su propia autoría se conoce el inicio, de un hombre que sin pensarlo, sería un gran icono de la música vallenata, dándole gloria y fama a este género musical que enmarcó la música de Francisco El Hombre.

El inicio de Diomedes no fue nada fácil porque era muy pobre, que no es deshonra, pero nunca se daba por vencido. Era terco y, hasta que no conseguía su objetivo, no se quedaba quieto. Por eso llegó a la cumbre musical, cosa que fue buena para su vida artística.

Sacó a relucir todas esas batallas que tuvo que librar, primero como compositor y después como cantante, hasta alcanzar los lugares de honor y ser indiscutiblemente el de mayor fanaticada, hoy por cualquier rincón suena una canción interpretada por Diomedes y eso no es gratuito.

Divertía con su jocosidad y sus famosos dichos

De igual manera, fueron célebres sus dichos que andaban de boca en boca como el bostezo. Fueron muchas las veces que sus ocurrencias hicieron reír y meditar a sus miles de seguidores.

De esa cosecha, podemos decirles: como Diomedes no hay otro, ese nunca nacería y si nace no se cría, y si se cría se vuelve loco; denme licor que la vida es corta y lo que no se nos va en lágrimas, se nos va en suspiros.

Que vivan las mujeres, las dueñas de los hombres y las que nos ponen a trabajar, no es que el zorro sea atrevido, sino que las gallinas se van lejos, de la junta pa’ ca’, que vivan las mujeres, las reinas del universo.

Estoy como Toyota nuevo, pidiendo vía; virgen del Carmen, dame vida y salud, que lo demás lo resuelvo yo. los de adelante no van lejos si los de atrás se apuran, las vacas pariendo y yo bebiendo y mátame guayabo, ya que el amor no pudo.

Diomedes tenía mucho miedo a la muerte

Diomedes se despidió de la vida y como le tenía miedo a la muerte, ella no lo asustó, sino que llegó cuando estaba dormido. El temor de Diomedes por la muerte lo había manifestado en canciones, en entrevistas y, hasta a su familia.

“A mí la muerte me afectaría, porque no sé para donde voy. A diario pienso en la muerte. No quiero morirme, le saco el cuerpo a cada ratico. Si fuera que yo supiera que de verdad uno sirviera más muerto que vivo, me muriera hoy.

Enterrao, abajo de la tierra y con estos calores que hacen ahora. No me gustaría morirme, ni de viejo. Por cierto, que cuando yo llegue a viejo, ya la ciencia estará un poco avanzada y esa es la esperanza mía”, dijo Diomedes Díaz en una célebre entrevista concedida a Ernesto McCausland.