Inhalando y soportando, en contra de su voluntad el olor fétido de las aguas servidas, viven durante todo el tiempo moradores de un amplio sector del barrio San Agustín.
Desde hace más de una semana, en la calle 8 con carrera 19, por uno de los manjoles emana el líquido residual causando malestar en la comunidad, que teme porque se presente una emergencia sanitaria en la zona y les afecte su salud.
Indican que este problema les impide un libre desarrollo de sus actividades cotidianas y además tienen que coexistir en sus casas, de manera incomoda no solo por los malos olores, sino porque ha aumentado la pululación de zancudos y moscas.

Anuncian que de seguir esta situación no les quedará otra alternativa sino la de tomarse las oficinas del operador gestor aguas del Sur de La Guajira y la sede de la alcaldía municipal.