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Ante el comparendo impuesto a dos ciudadanos bogotanos por comprar una empanada en espacio público, el cual ha desatado todo tipo de comentarios en las redes sociales, este medio quiso conocer la opinión de vendedores ambulantes y de la comunidad en general del Distrito sobre esta sanción por valor de 800 mil pesos, amparada por el artículo 140 del Código de Policía.

De acuerdo a la opinión recolectada, la mayoría de ciudadanos rechazó y consideró injusto este tipo de multas. Así lo dio a conocer Martha Torres, vendedora ambulante hace más de 20 años, en las afueras del Hospital de Riohacha.

“Es injusto estos comparendos porque muchos colombianos viven de la venta ambulante, en mi caso no tengo más alternativa de trabajo, ya que no cuento con la capacidad de pagar un local y de esta labor se sostienen siete personas”, dijo Torres.

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Fanor Viloria, quien lleva más de 40 años dedicado a la venta ambulante en Riohacha señaló que “es inaudito que en Colombia pase esto, estas sanciones acaban con la gente que realmente quiere trabajar honradamente y lo que provoca es que aumente la delincuencia en el país”.

Asimismo, Orlando Guerrero Marrugo, obrero social indicó que “es una vergüenza que pasen estos hechos, ya que hay cosas más podridas en el país para sancionar, ejemplo: el transporte ilegal y la corrupción con los niños, como para que las autoridades arremetan contra los vendedores, más bien deben tratar de reorganizar a esta gente, en vez de multarlos”.

Marlene Freyle, vendedora ambulante desde hace dos años en la ciudad opinó al respecto diciendo que “no estoy de acuerdo con estas sanciones porque hay muchos puestos en la calle que sobreviven y mantienen su familia con ese negocio, por lo tanto son correctivos que deberían salir del Código de Policía”.

De igual manera, Jeferson Pinto, de oficio conductor manifestó: “Colombia es el país de las maravillas donde cualquier cosa puede pasar como sancionar a una persona que se rebusca para darle la comida a sus hijos y a un estudiante que le provocó comer algo en la calle. Hay cosas más graves que debe intervenir la Policía y no andar detrás de los necesitados”.

Inés Quintana, dedicada hace 20 años a la venta ambulante expuso que “todos tenemos derecho al trabajo, por mi parte no cuento con una profesión y con esta labor sostengo a más de cinco personas, así que estas sanciones son un atropello hacia aquellos que necesitamos trabajar para sobrevivir”.

Marelbys Garcés, ama de casa, argumentó lo siguiente: “No me parece algo lógico porque esta es la entrada de muchas familias que no tienen más ingresos, así que la Policía debe tomar otros correctivos y no imponer estas multas”.

Por su parte, María González, quien tiene cinco años vendiendo arepas en el Distrito, informó: “está mal hecho que procedan de esta manera porque trabajamos decentemente. El Estado debería ubicarnos en sitios seguros y estables porque, así como apoyan a la guerrilla y a los paramilitares, cuanto más hacerlo con los vendedores del país”.

Tulio Barros, pensionado, reiteró que “no se justifica que un pobre estudiante tenga que pagar una multa de este valor, por eso reprocho estos actos porque hay cosas más graves que suceden en el país para sancionar”.

Del mismo modo, Lida Peña, vendedora de jugos hace aproximadamente un año, aseveró que “estos comparendos son injustos y nos quitan la oportunidad de trabajar. En mi caso dependo exclusivamente de este negocio y sostengo a más de cinco personas, entre ellas dos que están invalidas y a veces me toca prestarle a los ‘paga diarios’ para suplir los gastos médicos”.

Ubaldo Betín Hoyos, dedicado a la zapatería añadió que “no apruebo estas acciones por parte de las autoridades, ya que hay cantidad de hechos delictivos en las calles para arrestar y sancionar a los delincuentes, como para atacar a un ciudadano trabajador”.

Finalmente, Dairo Martínez, vendedor de comidas aseguró: “eso podría pasar en una ciudad europea, pero aquí donde abunda el desempleo y la inseguridad, es injusto, más bien deben dedicarse a sancionar a los que realmente cometen actos vandálicos”.