“Por una cirugía he vivido once años de calvario”, Adalmis Cotes, ‘Ambulancia’   

Las cirugías son un proceso doloroso que sin duda alguna tienen sus riesgos, sin embargo, cada persona que se somete a ellas espera encontrar mejoría con el pasar del tiempo, pero en algunos casos, como dice un adagio popular “resulta más cara la cura que la enfermedad”.

Así lo atestigua Adalmis del Pilar Cotes Daza, conocida popularmente como ‘Ambulancia’, un apodo que se ganó gracias a los ocho años que trabajó en el antiguo Seguro Social de Riohacha, donde ingresó como aseadora, pasó a camillera y finalizó ejerciendo como enfermera. Igualmente ha sido edil y presidenta comunal del barrio Nuevo Faro de esta ciudad, lo que la ha hecho más popular entre el pueblo riohachero.

Cotes Daza, quien decidió relatar su historia para este medio, cuenta que en el año 2008 le detectaron un absceso en su seno izquierdo, por lo que fue trasladada con una orden de oncología a la Clínica de La Costa, en Barranquilla, en donde luego le autorizaron una cirugía de mastectomía con el fin de retirarle la masa que la estaba afectando.

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El propósito de esta mastectomía era que dos años después de la cirugía, le colocaran prótesis en sus mamas, pero según la mujer de 59 años de edad, lo que parecía ser el inicio de su cura, resultó en el comienzo de un verdadero calvario, pues afirma que primero le fue abierto su seno derecho, en el que no presentaba anomalías, supuestamente para evitar afectaciones futuras.

Además, asegura que, al momento de intervenirle el seno afectado, recibió varias perforaciones en este, por parte del cirujano Agustín Roldan. “En vez de abrir mi seno desde abajo para levantar la piel y retirar la masa, este Cirujano no tuvo ética médica y perforó mi seno en varias partes e introdujo unas mangueras que me quemaron la piel”, aseveró Cotes.

Añade que dos días después del proceso quirúrgico, fue enviada a Riohacha sin las precauciones debidas. “Mis puntos no se habían ni secado cuando viajé en un bus municipal con mi hijo, llegamos a las 7:00 de la noche y en horas de la madrugada inicié con fiebre y tuve que ser trasladada de inmediato a un centro médico del Distrito”.

Explica que cuando llegó al centro de salud, la piel de sus senos se caía a causa de la fuerte infección que presentaba. “Estuve más de un mes internada, mis heridas estaban casi podridas y fui vista por varios especialistas que me manifestaron que esta cirugía había quedado mal hecha y con puntos antiestéticos”, dijo.

Pero su sufrimiento no pararía allí, pues afirma que a raíz de esta operación le surgieron otra serie de enfermedades; debió volver a Barranquilla a practicarse un bypass; se le presentó una infección debajo de las axilas y debieron retirarle otras masas; le han practicado dos cirugías en el ombligo por hernias desarrolladas después de la mastectomía; y hace 5 meses en la ciudad de Valledupar le realizaron una eventrorrafia.

Actualmente espera ser operada nuevamente a finales de este mes de febrero, ya que su estómago ha ido creciendo considerablemente y este peso le está afectando tres vertebras. “Esto me ha dañado física, mental y económicamente, porque mi cuerpo se ha ido desfigurando dañando mi autoestima, mi compañero me abandonó después de la operación y tampoco me volvieron a emplear en ninguna empresa”, afirmó.

Indica que también sale a caminar las calles a vender lo que pueda, para conseguir el sustento porque aún debe responder por su hija de 13 años y cubrir algunos medicamentos de su tratamiento.

Comenta que en reiteradas ocasiones ha tratado de comunicarse con el cirujano Roldan para contarle las condiciones en que ha quedado después de la cirugía, pero no ha recibido respuesta positiva.

“Si este médico hubiese tenido más cuidado y ética profesional al operarme, no estuviese viviendo este calvario de casi once años. Solo quiero mirarlo a los ojos y que me dé una explicación, porque aún mi problema tiene solución, pero lastimosamente no cuento con los recursos para someterme a los tratamientos debidos”, reiteró Adalmis.

Cabe mencionar que este medio logró comunicarse con el cirujano Roldán, quien precisó que durante esta operación de mastectomía cumplió con los requerimientos médicos debidos y aclaró que en esta intervención lo primordial era retirar las masas dañinas a fin de salvar la vida de su paciente y no practicar una cirugía estética.

También afirmó que las afectaciones médicas que ha sufrido la señora Cotes Daza se debe a la mala reacción de su propio organismo al postoperatorio, lo cual es uno de los riesgos en este tipo de operaciones y que, además la paciente presentaba otras afectaciones que han sido las causantes de todo este despliegue de enfermedades.