Malestar en las colas para acceder a los servicios de la Registraduría, dicen los usuarios.
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Ya casi se cumplen cinco años de sabotaje a la prestación del servicio en la Registraduría de Riohacha y aún no se da tregua ante este flagelo.

Desde el 18 de diciembre de 2015 el Despacho Delegado del Registrador Nacional del Estado Civil en La Guajira, presidido por Fredy Enrique de Armas Mejía, denunció ante la Fiscalía que el sistema de agendamiento de la Registraduría del Distrito estaba siendo intervenido por parte de un establecimiento comercial particular, a escasos metros de la entidad.

En abril de 2014 se abrió el sistema de agendamiento a través de la página web de la Institución, con la finalidad de que las personas no tuviesen la necesidad de hacer largas colas a las afueras, sin embargo, usuarios presentaron quejas  sobre el proceso.

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La Registraduría Especial de Riohacha averiguó el porqué de los pocos cupos disponibles y mediante una investigación del software se determinó que personal del establecimiento: Servicios de Fotocopia y RH, usaba sus números de identificación aleatorios para tomar citas.

Este hecho ocasionaba un trauma en la prestación del servicio, puesto que el ciudadano común no encontraba citas disponibles. Se conoció que también usaban la identificación de terceras personas para tomar citas en el sitio virtual, lo que constituye un hecho ilícito.

Fredy Enrique de Armas Mejía.

En marzo de 2017, nuevamente el Delegado del Registrador Nacional hizo un llamado a la Fiscalía para el impulso de la investigación porque los inconvenientes se seguían presentando y las quejas se intensificaban. 

En junio de 2018, Ilfred Miguel Carrillo Pérez, Registrador Especial de Riohacha, emitió un documento donde señalaba que en la plataforma se había detectado el agendamiento de citas con nombres sugestivos y vulgares que dan cuenta que alguien está ingresando con el fin de sobotear el proceso.

Recientemente, a este medio de comunicación usuarios reportaron quejas con respecto al orden de atención, porque algunas personas llegaban a hacer su ‘cola’ en horas de la madrugada, a la espera de ser atendidas a las 8:30 a.m., pero al ver que llegaban otras personas horas más tarde y eran atendidas con prioridad, generó molestias en la colectividad.

 “Cada día se hacen 120 trámites, los estafadores que se encuentran a las afueras, cobran 8 mil pesos por cada proceso, lo que representaba al mes una cantidad considerable, incurriendo en dañar la imagen con especulaciones y rechazar el procedimiento limpio que se hace. Ahora cada quien viene hasta la sede de la Registraduría a hacer su proceso”, declaró De Armas Mejía a este medio. 

“¡Nene, foto?”, “¿Señora no tiene la foto?”, son las preguntas más comunes a las que se enfrentan los usuarios de la Registraduría de Riohacha que llegan a diario para diligenciar su proceso de documentación, tanto de los nativos, como de población migrante. Pero, el más inocente sigue cayendo en las redes de estafas con promesas falsas.