Alex Cotes, indicó que ‘Rambo’ hacía parte de su familia.
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El silencio de su desaparición física ya se siente en la casa del viejo ‘Toñé’, sin duda alguna, ‘Rambo’ era considerado un miembro más de esa familia, a pesar de que no llevan su misma sangre, el estrecho vínculo que existe con este hogar, hizo que Jair Lopesierra Salas se ganara un puesto en la mesa de Los Cotes y que, en su momento de luto, lo lloran en gran manera.

Un periodista de La Guajira Hoy conversó con Alex Cotes, uno de los hijos del difunto ‘Toñé’ y quien señaló que desde hace 30 años conoció a ‘Rambo’, cuando apenas empezaba a pasearse las calles del casco Central de Riohacha.

«Su nombre real es Jairo Manuel Ramírez Pérez, pero como deliraba mucho con las películas de ‘Rambo’, empezó a diseñar armas artesanales y desde ese momento su nombre empezó a hacerse más popular con la colectividad», dijo.

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Las armas que elaboró ‘Rambo’ permanecen guardadas en la casa de ‘Toñé’, miembros de ese hogar señalaron que quieren resguardar esas armas, porque son de gran significado y dicen que lo quieren tener como un «Museo del armamento de Rambo», donde repose toda su armadura artesanal.

«Él tenía un ingenio para hacer esas armas artesanales y las usaba con mucha propiedad, como si fuesen reales. De hecho, varias veces me lo llevé en el carro para pasearlo y la Policía lo veía con su armadura, sólo se le paraban firme, porque sabían que todo era un juego», indicó Cotes.

‘Rambo’ se tomaba el tiempo para hacer las armas con residuos de abanico, de piezas de hierro que doblaba, le ponía cinta negra, caucho, le hacía el cañón y lo reforzaba con rodillo de aire acondicionado mini-split para simular varios tipos de armamentos.

Estas son las armas de fabricó ‘Rambo’, quien se mostraba como actor de le televisión al estilo riohachero.

Alex Cotes aseguró que Jair no estaba loco. Era un ser servicial. «Recuerdo que lo envié a hacer un mandado con un billete grueso y regresó con los vueltos completos, de inmediato supe que ‘Rambo’ era honesto y a mi percepción, era de fiar. Desde entonces, el acercamiento empezó, le dábamos para el ‘alcaloide’ y cuando me decía que estaba quebrado, le daba dinero y eso él lo sabía agradecer».

Pronto ‘Rambo’ se ganó el cariño de las personas de la casa de la esquina. Hasta el punto de referirse al señor Toñé, difunto desde hace dos años, como su ‘papi Toñé’, hasta que se le ofreció dormir dentro de una habitación de la casa, pero él nunca quiso, ya que prefería quedarse afuera para hacer la guardia.

«Insistía en dormir afuera y cuando le regalaban ropa, no quería nada de color, para que no lo identificaran rápidamente y quería estar camuflado. Nosotros lo consideramos como nuestro hermano. Y por eso decidimos, enterrarlo al lado de la bóveda de nuestro padre, porque sabemos el cariño fuerte existió entre ambos», expresó.

Su último acercamiento con los hermanos Cotes, fue cuando se lo llevaron engañado con la Policía, en el que simularon una requisa y como no tenía documentos, se lo llevaron hasta el hospital de Nuestra Señora de los Remedios, que aunque él sabía que era por su bien, les decía a los Cotes que en la casa hablarían del asunto, pero lamentablemente nunca pudieron conversarlo, porque no resistió a su avanzado y crítico estado de salud y falleció.