Juan Antonio Morato de 88 años, mostrando su obra artística.
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Dicen que los abuelos cumplen un papel importante para los niños en una familia, de vez en cuando son ellos quienes cuidan a sus nietos, apoyando de esta manera a las madres trabajadoras.

Ellos se convierten en cómplices de estas pequeñas personas, les brindan un amor incondicional, los llenan de sabiduría, en fin, los nietos van nutriendo su vida con la vasta experiencia de esa persona a quien llaman abuelo.

Pero ¿qué pasa con esos abuelos que al final de sus días quedan solos y bajo la sombra de una casa especialmente para ellos?, ¿A quiénes le dan ese amor que quizás tienen para ofrecer?.

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Cada quien tendrá una historia que contar, tal vez no tuvieron hijos y se quedaron solos en este mundo, de pronto no fueron los mejores padres y su familia decidió abandonarlos.

En el caso de Riohacha está la Casa del Abuelo que con mucho esfuerzo actualmente, atiende a 20 adultos mayores en situación de calle y abandono, en este lugar reciben la atención necesaria para su supervivencia y a diferencia de quienes tiene la dicha de ver crecer a sus nietos.

El señor Juan Antonio Morato, dice que se entretiene pintando en la Casa del Abuelo de Riohacha.

A ellos les tocó vivir esta etapa de la vida dentro de cuatro paredes y rodeado de personas en principio desconocidas, pero que al final se convierten en parte de sus vidas.

En una visita realizada a este lugar conocimos al señor Juan Antonio Morato de 88 años, él tiene siete años aproximadamente, viviendo en la Casa del Abuelo, sobre su vida destacó que nació en Cartagena,  su padre era italiano y su madre, una mujer de origen Wayúu.

De su familia no quiso entrar en detalles pero contó que una de sus hijas vive actualmente en San Andrés, sobre la razón de su estadía en este lugar explicó que hace varios años intentó salir del país rumbo a Venezuela, ya que algunos familiares viven pero fue detenido por la Policía que al verlo solo y sin tener claro su destino decidieron remitirlo a este lugar.

Juan Antonio expresó que siempre le ha gustado trabajar y en su juventud se dedicó a oficios como la albañilería, mecánica, latonería, señala que a pesar de su edad, las ganas de hacerlo siguen intactas es por eso que en la casa del abuelo empezó a colaborar, pintando este espacio que sirve como su actual hogar.

Al llegar a la Casa del Abuelo se pueden observar las paredes decoradas con algunos paisajes, árboles, casas, aves, entre otros animales, realizado por ‘el artistas del lugar‘, así llama la trabajadora social, ya que ha sido él quien se ha encargado de darle vida a este lugar con sus dibujos.

Aunque no son hechos por un profesional, su autor se siente satisfecho porque esto se convierte en una manera de invertir el tiempo en algo productivo pues su padre le enseñó que ‘los hombres siempre tienen que trabajar’ y además si no está haciendo alguna labor, siente que se enferma.

A nivel mundial se celebra este día importante con la intención de promover el valor del rol que los abuelos ocupan en las familias, en los países de cultura cristiana se ha escogido el 26 de julio, ya que coincide con  la liturgia católica que conmemora a san Joaquín y a santa Ana, padres de la Virgen María y, por tanto, abuelos de Jesús.

En el caso de Colombia esta fecha es celebrada el tercer domingo de agosto, se conmemora en conjunto al Día del Adulto Mayor y Pensionado.