Popularmente se dice que ‘el perro es el mejor amigo del hombre’ por la fidelidad hacia su amo, lo que ha llevado a muchos investigadores a confirmar dicha teoría.
‘Mocha’, una perra criolla que en honor a su rabo corto le asignaron este nombre, se ha convertido en el reflejo de esta afirmación. Hace un par de años, llegó a una Estación de Servicio en Riohacha, con graves quemaduras.
Herida llegó a la Estación, donde los empleados con ayuda de un veterinario de la zona y conmovidos por la situación del animal, se dieron la tarea de curarla, brindarle cariño, protección y la atención requerida.
El canino presentó quemaduras de tercer grado, cayéndosele toda la piel y hasta los pezones, teniendo entonces, que ser esterilizada, cohibiéndola de que pudiera tener familia.
Luis Carlos Peláez, administrador de la Estación asegura que no solo es una mascota, sino la celadora oficial y una integrante más de este negocio, que con su historia, se ha hecho popular en el sector.
“’Mocha’ nos ha enseñado el perdón y la fidelidad, puesto que a pesar de lo sucedido, cuando ve a los antiguos dueños, corre hacia a ellos con entusiasmo y muestras de cariño. Asimismo, ha sido fiel con cada uno de los que laboramos aquí, porque desde que la adoptamos, nunca más se ha ido”, expresó Peláez.
Este medio de comunicación quiso conocer la versión de lo sucedido, por parte del antiguo amo, conocido como ‘Sabas’, quien tiene un torno, indicó que nunca atentaron intencionalmente en contra de la vida del animal, sino que accidentalmente se quemó con gasolina.
Sin embargo, no le brindaron cariño, ni la atención como dueños que eran del animal y tampoco se interesaron en el bienestar de ella, una vez sucedió el accidente.
Lo que sí es cierto, es que ‘Mocha’ se ha convertido en la consentida de la Estación de Servicio, donde solo toma agua fría, desayuna pan con salchichón y come pollo por las noches.
“La humanidad tiene mucho que aprender de los animales. A pesar que las personas estudian, se preparan y tienen capacidad de raciocinio, no perdonan ni guardan tanta fidelidad como los perros a sus amos”, apuntó Luis Carlos Peláez.