Aspecto cuando los militares se llegaron a su residencia, para constatar que sí estaba libre.
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Estropeado por la caminata de cuatro horas, llegó la noche del domingo el ganadero oriundo de Distracción, José Ramón Molina al seno de su hogar en el municipio de Fonseca.

Precisó que estar en esas condiciones no se la desea a nadie, que lo priven de su libertad en unas condiciones muy difíciles. «A pesar de ese esfuerzo le debo agradecer a las autoridades de Distracción, Fonseca y La Guajira de verle el gesto de solidaridad con mi familia. Y creo que Dios hizo un milagro para que esté de regreso».

Estas declaraciones se las entregó al periodista de una emisora local en el municipio de Fonseca y cedida a este medio de comunicación. «Cinco días que se le convierten a uno en una larga espera de nunca acabarse y no sabe si va a regresar a su casa o no».

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Culpó de su secuestro a la delincuencia común, que lo tenían un lugar inhóspito, pero era una zona muy difícil de llegar. Cerca al sitio estuvo el avión fantasma del Ejército y varios helicópteros, pero no pasó más nada.

Era escasa la alimentación: avena, panela y bocadillo era lo que consumía y tomaba agua de los arroyos, de la zona del Chorro. Dormía debajo de los árboles y se la pasaban al intemperie, «llovía mucho, hasta cinco aguaceros en un día».

Indicó que se les escapó a los secuestradores cerca de las 4:00 de la tarde del domingo y llegó caminando al corregimiento de Chorreras, pasadas las 8:00 de la noche. «La gente de Chorreras que siempre me ha querido se movilizaron y me trajeron hasta mi casa».

Por último, indicó que, el objetivo de su secuestro fue económico, pero no reveló la cifra que le exigían los delincuentes por dejarlo en libertad y tampoco precisó si sus familiares la habían entregado.