Continúa el retorno masivo de ciudadanos migrantes venezolanos que se han establecido en diferentes ciudades del país.
Procedentes de diferentes sectores de la costa Caribe y de otras latitudes, llegan a Maicao donde se abastecen de alimentos y ropa para llevar hasta sus ciudades de origen en medio de difíciles circunstancias de inseguridad debido a las penurias que deben pasar.
Una vez intentan cruzar la frontera por trochas infectadas por grupos irregulares que amenazan con quitarles lo que llevan si se niegan a pagar o compartir con los delincuentes sus pertenencias.
En la ciudad también enfrentan diversas emociones. Dejar aquí a los amigos y a muchos familiares que por diversos motivos no pueden viajar y los altos costos de las tarifas del pasaje.
Los conductores se defienden y aducen las alzas en los pasajes a los altos costos también de la gasolina. En Maicao, en este momento una garrafa cuesta sesenta mil pesos colombianos.
Un pasaje de Maicao al fronterizo corregimiento Paraguachón en automóvil vale 8 mil pesos, es decir cien mil bolívares. Los pasajes hasta Maracaibo son cobrados en plata colombiana 100 mil pesos o en su efecto en dólares, 35 por persona.
Sin embargo, la oferta y la demanda se mueven con mucha facilidad y el transporte ilegal le gana con mucha distancia a los establecidos legalmente, debido a que no existe un control tarifario establecido, debido precisamente a la informalidad del sistema de trafico interfronterizo e internacional entre Maicao y la ciudad de Maracaibo, capital del vecino Estado Zulia, distante dos horas desde esta localidad colombiana.