Se llevaron 400 gallinas ponedoras, una escopeta calibre 16, cinco chivos, entre ellos dos padrotes de raza, avaluados en dos millones de pesos.
Se llevaron 400 gallinas ponedoras, una escopeta calibre 16, cinco chivos, entre ellos dos padrotes de raza, avaluados en dos millones de pesos.
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Ni siquiera la declaratoria de cuarentena y aislamiento en que se encuentra todo el país, por consecuencia de la pandemia del Covid -19, hace que la delincuencia baje su accionar rapiñando en este municipio, y los más afectados tal vez por la poca presencia de la fuerza pública en territorios lugareños, son los pequeños productores pecuarios.

La noche del pasado martes, doce hombres armados algunos de ellos cubriendo sus rostros con pasamontañas, irrumpieron en la parcela ‘Campo Florido’ del operario minero y trabajador del campo Santiago Pérez Mejía, ubicada en cercanías al poblado de Cardonal zona rural de Fonseca.

Los cuatreros después de someter a los trabajadores del predio, una pareja indígena y sus pequeños hijos, los encerraron en un cuarto de la casa para luego proceder a llevarse 400 gallinas ponedoras, una escopeta calibre 16, cinco chivos, entre ellos dos padrotes de raza, avaluados en dos millones de pesos.

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“Eso fue entre las siete y diez de la noche del 24 de marzo, se los sustrajeron y luego arriaron los animales en un carro”, dijo Pérez Mejía.

Una vez los empleados de la granja se enteraron que los individuos se habían marchado, pidieron auxilio y campesinos de fincas vecinas, los ayudaron a salir de la habitación dónde estaban confinados y procedieron a darle aviso al patrón.

Asimismo, el propietario dio la voz de alerta a la Policía, pero cuando los uniformados acudieron a la propiedad, nada pudieron hacer porque los bandidos se habían esfumado de la zona.