¿Por quién ladran las palabras?

María Mónica Romero Giovanneti
María Mónica Romero Giovanneti
Maestra por profesión y magister en educación.

La pandemia presente en la actualidad ha generado cambios sustanciales en nuestros hábitos sociales, económicos y políticos. Lo comunicativo –especialmente en el uso de la lengua- no ha sido la excepción. 

La lengua se define como el sistema de convenciones utilizado de manera oral o escrita; esta se comporta como la moda en constante movimiento, cambio, reinvención y reutilización. Con el surgimiento del Covid-19 se han venido retomando voces que estaban dormidas en los anaqueles de los diccionarios. La imperiosa necesidad de participar en diálogos nombrando los referentes reales asociados con el tema vigente.

Ante lo expuesto anteriormente y cobijándome con la teoría de Gustav Le Bon sobre la aparición de patrones característicos y repetitivos a causa de un fenómeno social (en este caso el Coronaviridae), le presento el siguiente retrato del alma colectiva a partir de ciertas palabras con datos curiosos:

Al hacer un viaje a la semilla a la palabra pandemia (la princesa en la columna). En el contexto griego se encuentra relacionada con el más hermoso de los sentimientos: el amor.

En este sentido, en El Olimpo esta palabra tiene varios protagonistas; el primero el infante alado que con arco en mano tiene la osadía de andar disparando flechazos al aire y que frente a los efectos de los dardos ningún médico tiene remedio. Las segundas son las afroditas celeste y común; ambas ponen en manifiesto una forma particular de amor.

La pandemia está siempre acompañada por –su majestad la epidemia- se asocia al vocablo griego “visitatio” y equivale a visita o llegada a un lugar. Homero y Platón utilizaron estos términos exponiendo este sentido, solo años más tarde Hipócrates de Cros la incorporó al campo de la medicina.

El segundo elemento es su señoría -el confinamiento- también llamado aislamiento social preventivo. Reescribiendo, a mi manera el minicuento de María Antonia López (en twitter) lo expreso así: Entonces la casa se convirtió en una hoguera mental, habían noches de películas, excursiones por las telarañas de la casa, nado en aguas abiertas por el mar de las letras de Bauman y de Yoval Noah Harari. Sabía que no podía controlarlo todo, pero me di cuenta que podía salir a través de mis escritos y conquistar muchas mentes.

La virreina, es la cuarentena. Ha venido marcando el paso a las emociones; para unos, desde el volcán reactivo es encerramiento, confinamiento, fin del mundo, apocalipsis, desgracia, problema y miedo. Para otros desde la cítara resilente es protección, salvar la vida, un nuevo mundo, cambio, oportunidad y confianza.

La distancia de seguridad es la duquesa. Una medida de salubridad que viven, también, los árboles llamado “timidez de la corona”. A partir de las grietas visuales, podemos observar como las especies arbóreas generan un equilibrio natural y de supervivencia. Hoy, nuestro espacio vital se ha ampliado a un metro y medio de distanciamiento lo que equivale a media brazada de un adulto en una fila escolar.

Los hashtag con su carácter noble y marcando la generosidad se convierten en los hidalgos: #YoMeQuedoEnCasa y #PicoYCédula. El primero filtra de una manera rápida la tendencia de preservar la vida y evitar el contagio. Es una iniciativa de activismo virtual que inició en la cuenta oficial de twitter del italinano Jorge Cremades y se expandió rápidamente por el mundo. El segundo, es una prolongación textual de #PicoYPlaca y tiene el propósito de aminorar la congestión de ciudadanos en los diversos sitios de abastecimiento.

El rey de este texto es el vocablo coronavirus, ha venido generando una lluvia refrescante por parte de del historiador Noah Harari, el cual recomienda pensar muy bien sobre las decisiones a tomar mundialmente, propone vigilar las fronteras entre el mundo humano y la fosa de los virus, deshabilitando los límites territoriales del conocimiento y, desarrollando un trabajo colaborativo lleno de confianza a nivel mundial.

La reina de las palabras habita en la riohacheidad: tendereta. Tiene apellido de mujer casada: “de Chema” y hace referencia al alto nivel de personas que podrían morir en nuestro territorio. Ha suscitado risas, criticas, llantos, clamores, cherchase ironías en los memes.

Haciendo escuela: y es que las palabras ladran y ladran con fuerza, Sancho, es que están cabalgando.

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