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Este fin de semana, se celebró el día de la comunidad Lgbti; acrónimo que representa la orientación, identidad y expresión de género para gays (homosexuales), lesbianas, bisexuales, transexuales e intersexuales.

Desafortunadamente en nuestra región, todavía se les habla despectivamente. Se les trata de locas, maricas o mariquitas.

La mariquita es un insecto muy colorido e inofensivo que sirve como fertilizante natural de cultivos, ya que se alimenta de pulgones en las plantas, mas no de ellas en sí.

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De hecho, en muchas partes del mundo, las utilizan para controlar las plagas, ya que una sola mariquita puede eliminar en un verano hasta mil pulgones o ácaros.

Su nombre en inglés americano es “Ladybug”. Si este término fuese separado en dos palabras, podría traducirse literalmente al castellano como “insecto dama”. Quizás de allí viene el término peyorativo, o quizás provenga del diminutivo de marica, que se refiere a un hombre con ademanes de mujer.

Más allá de la terminología o de la composición epistemológica de la palabra, lo cierto es que los miembros de la gran comunidad gay, son llamados constantemente de manera despectiva en La Guajira, y eso debiera ser cosa del pasado.

Al igual que las mariquitas en los campos, la comunidad Lgbti, ha venido demostrando su verdadero valor y su gran contribución en el desarrollo del planeta.

Las ciudades de Nueva York y San Francisco, fueron los estandartes del orgullo gay en 1969 y 1970 respectivamente. Menos de una década después, San Francisco vio en Harvey Milk al primer político abiertamente gay de todo Estados Unidos. Su muerte, siendo Concejal activo de esta ciudad, provocó una manifestación sin precedentes.

Es precisamente esta área de Estados Unidos, la más liberal alrededor del tema Lgbti. Es allí en San Francisco, donde nacieron Apple, Microsoft, Google, Facebook, Cisco y muchas otras sólidas empresas, motores de la economía estadounidense. 

El movimiento Lgbti se consolida cada día, y con él, también debe madurar la idea de que no debe haber segregación alguna.

Ya es hora de que se evolucione frente a los prejuicios sociales. Ya es tiempo de que la sociedad avance. ¡Ya es el momento de dejar de llamarlos mariquitas!