Jóvenes como él, con ambición de triunfar en la vida en el difícil ámbito musical, fueron los encargados de tributarle un homenaje póstumo y darle el último adiós, a Oscar Solano Torres al momento de ser sepultado en el cementerio municipal de Fonseca, la tarde del jueves.
Canciones que recordaban al amigo, al compadre y al familiar sonaron una tras otra, llenas de sentimiento y dolor, en la voz de Iván Payares, Rosemberg Peñaranda y Breiner Nieves, con el acompañamiento en el acordeón de José Andrés Movil.
Muy a pesar de las restricciones que se tienen por control y disminuir el contagio de la covid-19, un gran número de personas hizo parte del cortejo fúnebre, que conservando el distanciamiento y llevando tapabocas, le hicieron acompañamiento al féretro con los despojos mortales de quien daba sus primeros pasos en el campo de la música vallenata.
La parca se llevó a Oscar a muy temprana edad, cuando apenas comenzaba abrir camino, para en lo posible en un futuro llegar al estrellato de la fama y soñar con ser otros de los grandes connotados vocalistas del genero vallenato. Solo deja como recuerdo una producción en la que rinde honores y admiración a su ídolo en el canto, Jorge Oñate, quien también partió de este mundo por culpa del mismo maldito virus, la covid-19.