Aquí aparece Elvia Nieto Sánchez con algunos de sus familiares.
Aquí aparece Elvia Nieto Sánchez con algunos de sus familiares.
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Elvia Nieto Sánchez, es una de las pocas comadronas, entendiéndose como tal, a las mujeres que tienen como oficio asistir a las mujeres embarazadas a la hora del parto, que se quedan en La Guajira y viven en Maicao.

Son 55 años los que lleva en este oficio, para ella, llenó de muchas gratitudes, satisfacciones, anécdotas e historias. “Me siento muy bien y muy bien porque todavía aun llegan a mi casa muchas personas para que yo les sobe la barriga a las embarazadas” dice con cierto aire de satisfacción.

Se siente orgullosa y tranquila de que aún la siguen buscando para que les mire la barriga a las mujeres y les diga como están, en qué posición se encuentran sus criaturas, buscando la fe y esperanza de que esos niños vayan a nacer bien.

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Elvia Nieto Sánchez
Elvia Nieto Sánchez.

Elvia, de 81 años de edad, según relata bien vividos, dice tener su licencia de comadrona empírica que le fue entregada en Riohacha y no oculta de que ha tenido muchas dificultades y sorpresas en los partos.

Por ejemplo cuando se da cuenta de que los que vienen son tres muchachitos y no uno, como se esperaba, baja el uno, saca el otro y termina con el tercero. Trabajo que inclusive le ha tocado enfrentar no solo en la casa de la embarazada sino en el monte, en fincas, veredas y en hasta rancherías.

Esta comadrona afirma convencida de que su capacidad para ejercer este oficio con mucho éxito viene de Dios, ¡De lo alto!

Elvia no duda en decirles a las embarazadas cuando llegan a su casa, la manera cómo se encuentra la criatura, si está sentado o en otra posición que no es la normal, versión que es confirmada por las mismas mujeres que llegan y que lo primero que le dicen es que la buscan porque ya les han dicho que la barriga está como rara de acuerdo a las ecografías.

En esos casos, yo le doy la vuelta al muchachito o muchachita y nacen perfectamente”, dice con una sonrisa de alta satisfacción y afirma que todo viene de lo alto porque Dios es grande y poderoso y porque además es el médico por excelencia.

Le llena de gozo haber atendido a muchas mujeres, tal es el número que ya perdió la cuenta, pero de lo que sí está segura es que en una sola familia ha atendido a varias generaciones. “He sacado hasta 17 niños en una sola casa y con eso me he ganado el aprecio y el cariño de mucha gente. Siento que soy una excelente comadrona” afirma sin ánimo de vanidad.

A su edad, dice que el único consejo que le puede dar a la gente de Maicao, La Guajira y el resto del  mundo, es que  principalmente se debe optar por la paz, la unión y que nunca olviden que la experiencia solo es fortalecida por Dios. “Busquemos al señor porque es él quien nos da la sabiduría, el entendimiento y el que sabe de dónde venimos y para dónde vamos” recuerda.