Jakeline Salas (izquierda), madre de Ander Salas Quiroz (derecha), joven maicaero golpeado brutalmente en México.
Jakeline Salas (izquierda), madre de Ander Salas Quiroz (derecha), joven maicaero golpeado brutalmente en México.
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Jakeline Salas, la madre del futbolista guajiro ya se encuentra en la ciudad de México, y en el centro asistencial a donde permanece su hijo, desde el pasado 6 de septiembre; tras haber recibido una brutal golpiza durante un partido de fútbol. 

Para mi es una gran satisfacción estar en estos momentos acá en México, pero es triste ver a mi hijo en el estado en que se encuentra lo único que pido en este momento es justicia para mi hijo, justicia para Anderson Salas”, expresó esta mujer. 

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Señaló que, “El martes fue posible que me entregaran el pasaporte, un donador anónimo nos ayudó con el vuelo y ya estoy en la clínica gracias a Dios para dar las autorizaciones a médicos para que se logre una mejoría en la salud de mi hijo”, expresó Jakeline Salas. 

De igual forma, Jakeline recibió llamada telefónica del cónsul general de la república de Colombia en México, Andrés Hernández, quien iniciaba gestiones para apoyar el proceso de este futbolista en este país. 

Ander Salas Quiroz, de 22 años, fue agredido por futbolistas del equipo contrario el pasado 6 de septiembre por festejar un gol que metió durante un partido en la cancha La Conchita, estado Texcoco, cuando jugaban los equipos Pirotex y Vortex, este último es en el cual milita Ander Salas. 

Por las redes sociales comenzó a circular el video donde se ve la agresión al futbolista guajiro, mientras algunos compañeros trataban de frenar la golpiza, otros permanecen inmóviles, hasta cuando se ve que el joven guajiro cae al suelo producto de los golpes recibidos y es llevado al hospital Santo Niño de Atocha donde permanece. 

Este caso obtuvo el rechazo inmediato en los medios de comunicación de México. De igual forma en las redes sociales se clama justicia ante la Fiscalía mexicana y se muestra el rostro de los agresores. 

Si supieran el dolor tan grande que se siente en el alma de una madre, de ver a su hijo, necesitando ayuda, de ver cómo cayó al suelo, es la impotencia más grande del mundo, eso no se le hace a un humano”, señaló Salas. 

Ander Salas vive desde hace cinco años en México, a donde se fue buscando un mejor futuro y el sueño de ser un destacado futbolista profesional.