Parece una broma, pero no lo es. Debiera ser una broma, pero no lo es.
Sí. En el fin de semana que acaba de finalizar en un puesto de control de la Policía Nacional ubicado en el municipio de Hatonuevo, una pareja de esposos proveniente de Cúcuta fue detenida para realizar una requisa de rutina. Lo que terminó en un decepcionante hallazgo.
La encopetada Ford Explorer no impresionó a los uniformados, los cuales husmearon al interior de ella como perros de presa.






La narco-pareja residenciada en Cúcuta, conformada por un miembro activo de la Policía Nacional y su esposa, funcionaria de la Fiscalía General de la Nación, no logró impresionar a los experimentados sabuesos de la Policía, ni con los cargo que ostentan, ni con el carro en el que se transportaban.
No obstante, quedan muchos interrogantes al interior de este ignominioso evento.
¿Es este un hecho aislado?
¿Es acaso este algún modus-operandi de los carteles de drogas en la zona?
¿Usan los carteles de la droga a agentes del orden y de los entes de control para camuflar el tráfico?
¿Este fue detectado, pero hace cuanto lo vienen haciendo?
Muchas veces nos quejamos de los retenes que la Policía Nacional realiza. Sin embargo, debemos reconocer que estamos en un departamento por donde se mueve mucha ilegalidad. Y al final, son los miembros de la Policía y sus retenes los que nos ayudan en muchas circunstancias a que las condiciones de nuestro departamento no sean peores.
El Departamento necesita muchos más controles de las fuerzas del orden. Controles de velocidad, alcoholemia y sí, controles de rutina donde no importe quien o quienes vayan al interior de los vehículos. Al fin y al cabo, en nuestro país ya se ha demostrado que cualquiera puede ser traficante de drogas.