Estamos en la recta final. Ya sólo una semana nos separa de saber los representantes a la Cámara y senadores por nuestro departamento.
Frente a este particular, la contienda está como para alquilar balcón, y tiene al pueblo guajiro comiéndose las uñas.
Son cinco listas a la cámara de representantes, las que están en un verdadero cabeza a cabeza, peleándose el más mínimo voto al interior del departamento: Partido Liberal, partido Social de la Unidad Nacional, partido Conservador, Pacto Histórico y partido Colombia Renaciente.
A su vez, hay también posibilidades reales en tener varios senadores guajiros en el capitolio nacional. Lo cual sería histórico y estupendo, en aras de tener voces que peleen por nosotros.
Los rumores corren de lado y lado. Desde candidatos que se quedaron sin gasolina, hasta otros que están logrando acuerdos de todo tipo a última hora.
El morbo político también corre por saber quiénes serán los ahogados; término burlesco para hacer referencia a los candidatos derrotados y a aquellos seguidores del mismo.
Siempre hay emoción de conocer a los ahogados, toda vez que serán objeto de burlas y bromas. Este no es un tema menor, si se tiene en cuenta que muchas víctimas fatales han surgido a partir de estas burlas. Es por ello, que se hace un llamado a la cordura y al respeto frente a los resultados que se obtengan el próximo fin de semana.
Por último, solo queda desear que se ejerza el derecho al voto y que se haga de la mejor manera.
El pueblo guajiro está cansado de elegir mal. Históricamente se ha votado por algún tipo de interés en particular. Bien sea por agradecimiento a algún favor personal o pretendiendo la ayuda frente a la consecución del algún sitio de trabajo para algún familiar del votante o para el mismo mencionado.
No obstante, la invitación es a votar en conciencia. A entender que buscar el favorecimiento personal no importando si se elige a un personajillo sin preparación es un groso error.
El próximo domingo salga a votar. Hágalo con convicción y por el candidato que más le llene sus expectativas.
No se deje engañar, ni comprar. Porque las elecciones pasan, ¡pero los elegidos quedan!
