En momentos en que nos enfrentamos a cifras históricas a nivel local y nacional, la situación es crítica, aunque pareciera haber luz al final del túnel.
Después de seguir viendo la partida de amigos y familiares, esos que nunca tuvieron la culpa de la propagación de un virus tan mortal, y en medio del desaliento que se apodera de nuestros hogares guajiros, las cuarentenas recientes parecen brindar algo de esperanza.
Las calles de los municipios de La Guajira no lucen como hace 15 días. A lo lejos se ven las motos de los domicilios cumpliendo con la honrosa labor de acercar toda clase de productos a las casas. Y sí, uno que otro desadaptado sale a la calle. Pero afortunadamente, ya no se ven esos ríos de personas tratando de pellizcarle algún tipo de beneficio al asfalto.
Los gobernantes se demoraron una eternidad en implementar medidas para frenar el contagio al interior del departamento. No obstante, las actuales medidas de confinamiento, darán sus frutos en el corto plazo.
Los actuales niveles de contagio por día en el departamento ya superan los 400. De mantenerse este promedio de infectados por día, los fallecimientos también ascenderían, con lo cual, las consecuencias serían apocalípticas. Sin embargo, para el mes de mayo, ese promedio tenderá a bajar. Y todo por cuenta de las medidas de confinamiento vigentes.
Se comprueba una vez más que si nuestros mandatarios hubiesen actuado de la mano de la planeación, todo lo que estamos viviendo lo pudimos haber evitado. Aunque, es meritorio afirmar que al final hubo la decisión y se tomaron las medidas.
Ahora, es crucial esperar a que una vez los niveles de contagio bajen, las autoridades no se confíen del “buen comportamiento” de los ciudadanos y no permitan que estas cifras de contagio vuelvan a elevarse de manera tan abrupta, porque la cuarta ola de la covid-19 ya está anunciada.
Por favor señores mandatarios, no sigan lavándose las manos con el cuentico de que la comunidad debe asumir una posición de conciencia colectiva. Ustedes son los directos responsables de que la comunidad se contagie. La gente sale porque tiene la necesidad de hacerlo y porque al final se lo permiten.
Entonces sin más excusas. Pónganse los pantalones y tomen medidas acordes a la realidad. Porque con una buena planeación, sí es posible estar comercialmente activos y no caer en estas alarmantes cifras de contagio de nuevo.
