Calle de Maicao. Imagen netamente ilustrativa.
Calle de Maicao. Imagen netamente ilustrativa.
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Maicao siempre ha sido reconocida por sus excesos. Épocas de abundancia otrora palpable ya sólo quedan recuerdos.

‘La comercial’, la llamaban orgullosamente sus habitantes. Las historias reales de tsunamis de dinero, hoy parecen mitos. ¿Quién podría creer que en Maicao hace 30 años, los almacenes tenían gente contratada, sólo para contar dinero? ¿Quién creería hoy, que el comercio de Maicao movía más de 1 millón de dólares por día?

En algún momento de su historia, Maicao fue la única de Colombia que sin ser capital de departamento, era la segunda ciudad más importante del mismo.

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Sin embargo, todo eso ha cambiado. Lo que en su pasado fue su gran cualidad, su cercanía con la hermana República de Venezuela, pareciera ser hoy su gran defecto.

La caída del imperio petrolero al otro lado de la frontera, y una serie de políticas del gobierno nacional para frenar el contrabando, sumado a una población sin vocación más allá del comercio, generó como consecuencia que la tierra del maíz, se convirtiera en la tierra, en la tierra del desorden, hampa, indigencia y mendicidad.

Hoy, Maicao ve cómo sus historias se convirtieron en mitos que andan por doquier. Paradójicamente, por sus calles ronda otra cosa, y no es mito. Se llama covid-19, y tiene al pueblo de Maicao en alerta roja por parte de las autoridades.

La situación se está saliendo de control. Las autoridades no saben qué hacer para frenar lo que podría ser una catástrofe en ‘La comercial’.

Lo cierto es que, independientemente de que las autoridades diseñen toda clase de estrategias, si no existe una voluntad y conciencia colectiva, de muy poco estas van a servir.

Pueblo de Maicao, todavía estas a tiempo de seguir las recomendaciones de las autoridades y evitar el contacto social, porque somos un departamento altamente entrelazado; y si Maicao colapsa, colapsará todo el departamento de La Guajira.