“Yo soy como el arroz blanco, me conoce todo el mundo”, así de popular es la señora Ena Luz Camargo González, la vendedora de dulces que más fama tiene en el corregimiento de Monguí (Riohacha), quien va a este caserío y no visita a Ena, no ha llegado a la Tierra Dulce de La Guajira, por eso es una parada obligatoria que todo visitante o turista debe hacer.


Y es que el amor la trajo a vivir a este pueblo, tiene 75 años y 55 viviendo con Roberto Medina, a quien le tuvo cinco hijos. “yo vine aquí pelá”, Ella nació en Caracolí, San Juan del Cesar, su mamá se vino a vivir al corregimiento Cotoprix y luego adoptó como su segunda tierra a Monguí, donde conoció el amor y montó su negocio Casa dulcera Ena Luz.


Su casa huele a dulce de leche, de icaco, grosella, a leche con coco, plátano maduro, a piña, a maíz, a guanábana, ñame, a leche cortada y a orejero, son los dulces que prepara a diario. Señala que toda fruta debe dar un dulce y es este olfato innovador, el que le regala fama en su pueblo, en toda La Guajira y en la Costa Atlántica.
“Soy una convencida que toda fruta da un dulce y en el pueblo soy la única que me pongo a inventar dulces y salen deliciosos”, expresó. Los últimos que ha preparado han sido de guanábana y de orejero, y son deliciosos, atinó de nuevo y ha gustado mucho a quienes llegan a comprar.


Y es que ya son 52 años elaborando estas delicias, ha ganado los cinco Festivales del Dulce que se han realizado en Monguí, la han declarado fuera de concurso, ”ya hasta me sacaron del concurso”, dice entre risas Ena, es toda una conocedora del dulce con leche y en su casa tiene un cuadro que muestra que es la Reina del Dulce por mucho tiempo.


Su día a día, comienza a las ocho de la mañana, cuando monta el caldero a fuego lento en leña, son tres calderos de dulce que prepara y termina a la una de la tarde. Deja listo 120 panelitas de leche y 60 frascos de dulce de distintos sabores de fruta, listos para entregar a quienes lleguen a su casa.
Sus hijos saben preparar dulces, pero no siguieron su oficio; ella y su esposo, cómplices en su negocio, le siguen dando vida y poniendo saber a cada dulce que sacan al mercado.
Mientras hacíamos la entrevista llegó Elvis Mendoza y un grupo de amigos de Maicao, “Llevo dulces para mi familia, y mis amigos para comer en el camino y para llevar a sus casas también, quien llegue a Monguí y no se lleve un dulce de recuerdo no ha visitado este poblado”, expresó Elvis Mendoza.