Jimmy Mejía González, señalado de lanzar la bomba molotov contra el vehículo en donde se encontraban dos uniformados de la Policía, entre ellos, Giovanni Palomino, quien falleció a causa de las quemaduras.
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Luego de una ardua tarea de investigación y gracias a la cooperación de múltiples cuerpos de inteligencia, se logró la captura de Jimmy Mejía González, quien es señalado como responsable del atentado a un camión de la Policía Fiscal y Aduanera, Polfa y del asesinato del subintendente Giovanni Palomino.

Los hechos ocurrieron el pasado 25 de noviembre en la ciudad de Maicao, cuando el cuerpo policivo se encontraba realizando operativos contra la venta de combustible de contrabando en las vías de la ciudad, específicamente en las inmediaciones de la Universidad de La Guajira.

Instantes cuando las llamas arropaban al subintendente de la Policía.

Ese día los efectivos de la Polfa habrían aprehendido gran cantidad del hidrocarburo ilícito durante las acciones de control aduanero en el sector, de un momento a otro fueron atacados por los vendedores informales con objetos contundentes y con bombas molotov.

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Así quedó el vehículo cuando se le prendió fuego.

El incendio duró unos pocos minutos, tiempo suficiente para abrasar casi totalmente al subintendente Giovanni Palomino y al patrullero Jihndarwin Jiménez. Ambos se encontraban en el interior del camión cuando una bomba molotov comenzó la ignición que acabó con el automotor de la policía.

Giovanni Palomino.

Jimmy Mejía, luego de cometer el atentado dejó su residencia en Maicao y se fue con sus familiares a una ranchería de la Alta Guajira, donde se mantuvo escondido durante meses, evadiendo a las autoridades que le perseguían.

La presión de la búsqueda y los certeros pasos en la investigación acorralaron al sindicado hasta que decidió huir nuevamente, esta vez a la ciudad de Valledupar y en ese lugar fue capturado.

Jimmy Mejía González deberá responder por los delitos de homicidio, daño en bien ajeno agravado y violencia contra servidor público, conductas que imponen penas entre los 13 y 25 años de prisión.

Además de Mejía González, dos personas más fueron detenidas por estos delitos y deberán ser juzgadas por el homicidio del subintendente Palomino y las graves secuelas ocasionadas al patrullero Jihndarwin Jiménez Badillo.