El entierro de Jair Lopesierra Salas, 'Rambo', fue un homenaje que le hizo el pueblo guajiro, en agradecimiento a su capacidad de servicio y honestidad.
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Lo que parecía una utopía, terminó siendo una realidad, porque a Jair Lopesierra Salas, mejor conocido como ‘Rambo’, a pesar de su situación de calle, estuvo acompañado en su última morada y lo despidieron con ovación, música y aplausos la tarde de este miércoles en Riohacha.

Sus parientes de sangre, llegaron desde Cuestecitas, Albania, para acompañar al pueblo riohachero que lo despidió con una misa en la catedral de Nuestra Señora de los Remedios, fue paseado por la avenida Primera del Distrito, hasta llegar al cementerio Central, donde se le consiguió un espacio cerca de la tumba de ‘Toñé’.

Tal cual, una estrella de cine, porque durante el recorrido los seguidores de ‘Rambo’, sacaron su teléfonos móviles y cámaras de vídeo para capturar los momentos, que, sin duda alguna, empezaron a llenar las redes sociales y con ello los comentarios positivos de quienes lo conocían.

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Luego de la misa que se ofreció en su nombre, la música de papayera amenizó la procesión de ‘Rambo’ por toda La Primera, momento en el que también se unió el alcalde de Riohacha, Juan Carlos Suaza, para acompañar a los familiares.

Finalmente, hasta llegar al Cementerio, donde su equipo de escuadrón formó para rendirle honor a un soldado de guerra, agradecer por la asistencia masiva de la colectividad y recordar que, aunque no fue Sylvester Stallone, la ciudad extrañará a un guardián.

Sus amigos no pudieron evitar llorar y entre recuerdos, embriagaban su dolor con alcohol y dijeron que ‘Rambo’ fue un hombre correcto, cuando se le pedía que cambiara un billete de alta denominación… Por lo que no dudaron en dejarle sus respectivas ‘ligas’ dentro del ataúd para que siempre estuviese «su dinero para comprar bebida para la sed cuando esté en el cielo».