Impacientes y a la vez preocupados están los nueve concejales que la Procuraduría Regional de La Guajira investiga por haber elegido y posesionado al personero de Riohacha, Hugues Rafael Ariza Tatis, quien contrató con la Universidad de La Guajira 8 meses antes de ser elegido.
Desde un principio, los concejales argumentaron a cuatro vientos que actuaron ajustado a la ley, que el Personero prestó sus servicios como docente a la Universidad de La Guajira, pero omitiendo que Ariza Tatis firmó un contrato, situación que ha puesto en vilo sus cargos como también, la dignidad de los coadministradores del Distrito.
Los concejales involucrados en la investigación son: Charles De Jesús Aguilar Medina, Pablo Emilio Fonseca Deluque, Silvina Isabel Ibarra Meza, Aloima Rafael Miranda Arregoces, Yeiner Eliecer Osorio Ariza, Nubia Yaneth Socarras Ramírez, Oswaldo Iguarán Pinto, Endrys Luis Guerra Vanegas y Jhon Freddy Benjumea Arregoces.
El Ministerio Público formuló a los concejales falta gravísima con culpa gravísima, que de no convencer al Procurador Regional estarían inmersos en una inhabilidad y destitución como coadministradores del Distrito y al igual que al Personero que le endilga la misma falta pero con dolo.
La semana anterior fue aplaza la audiencia de pruebas porque el apoderado de un concejal solicitó que la Universidad de La Guajira, certifique si a Hugues Rafael Ariza Tatis se le pagaba seguridad social, cuando se desempeñó como docente mediante el contrato 0989 del 30 de septiembre del 2015.
Según el exconcejal demandante Reginaldo Deluque Díaz, asegura que al Personero si le pagaron sus prestaciones sociales, proporcionalmente de dicho contrato como lo exige la Corte Constitucional en la sentencia número 006 de 1996, en concordancia con el concepto número 77464 del 22 de julio del 2015 del Ministerio de Educación.
El procurador Regional de La Guajira, Darío Mosquera Guevara, fijó nuevamente fecha para el 6 de septiembre a las nueve de la mañana, se prevé que en esta ocasión se avance en la audiencia para conocer la suerte de los endilgados en primera instancia.
