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Durante varios meses de investigación realizada por miembros de la Policía encubiertos, allegaron toda la información requerida para que un Fiscal solicitara orden de captura para quienes tenían azotados a los habitantes de Riohacha, ya que los seguían desde la entidad bancaria hasta su residencia y les quitaban el dinero que habían retirado.

Esta situación se volvió rutinaria para la sociedad que reclamaba seguridad a los miembros de la fuerza pública, convirtiéndose entonces, en un reto para la Policía, poner tras las rejas a quienes venían apoderándose de los recursos que con esfuerzos muchos riohacheros había trabajado.

En ese sentido, los miembros de la Policía hicieron un arduo trabajo para estudiar cómo funciona esta estructura delincuencial denominada «Combo del Caribe», que estaba integrada por nueve personas, eran comandados por una mujer y cada uno tenía un rol definido.

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Inicialmente identificaban a sus víctimas en el interior de las entidades financieras del distrito de Riohacha, posteriormente realizaban seguimiento mediante la utilización de medios motorizados y comunicación telefónica, después lo interceptaban de manera violenta utilizando armas de fuego y los despojaban de gruesas sumas de dinero.

Luego de tenerlos identificados y en coordinación con la Fiscalía General de la Nación, se logró que un Juez de la República expidiera la orden de captura de esta aparente banda delincuencial que según las autoridades se dedicaba al hurto a través de la modalidad de fleteo.

En la investigación, según las autoridades, estas personas serían las que cometían estos hurtos. Estas nueve personas deberán responder por los delitos de concierto para delinquir, hurto calificado y agravado. A uno de ellos se le suma el delito de porte ilegal de armas de fuego, ya que le encontraron un revolver calibre 38 en el cinto. La Policía no facilitó sus nombres, sólo sus alias.

Dayana, cabecilla de la banda «Combo Caribe», quien se encargaba de liderar los hurtos y de identificar a las víctimas al interior de las entidades financieras.

Jairito, era el encargado de la logística y hacer seguimiento a las víctimas en un vehículo particular, hasta un punto donde era interceptado por los demás asaltantes.

Manuel, conductor de un taxi en el que se subían los demás miembros de la banda cuando hacían el hurto y en ocasiones le tocaba cumplir funciones de fletero.

Yuranis, marcaba las víctimas para luego dar aviso a los de la banda de quien era la persona que había retirado dinero de las entidades financiera para posteriormente asaltarlos.

Yorbis y Kristian, también conocidos como Los Mellos, al igual que alias Conejo y Joaco; eran los encargados de despojar a las víctimas de gruesas sumas de dinero, utilizando armas de fuego, para luego huir en motocicletas y más adelante hacían trasbordo en un vehículo tipo taxi, que conducía alias Manuel.

A los capturados un juez les dictó medida de aseguramiento intramural en un centro carcelario.