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El interés en formar hombres y mujeres íntegros que dieran a la sociedad lo mejor de sí, la llevó a estar al frente de su familia, velar por su educación y formación humana; hoy día sigue estando ahí como un pilar, esa es Carmen Lonieth Garzon Freyle una mujer y madre incansable.

Hablar de Carmen Lonieth es ver el reflejo de sus cuatro hijos que hoy representan a esta tierra en diferentes ámbitos y que le ensancha el corazón de orgullo al ver los frutos de una crianza firme y amorosa.

“Enviudé siendo joven y me llené de interrogantes, pero ahí comenzó mi tarea, saque mi carácter para enfrentarme a una sociedad, para enfrentarme a una enseñanza y a la dirección de unos hijos que apenas comenzaban la vida, pero yo sabía que de esa primera enseñanza, en la forma en que yo les mostrara ejemplo e indicara el camino correcto así iban a ser ellos de grande”.

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Y fue esta la base que le permitió criar a Dilena María, Eliana Margarita, Raúl Ramiro, Nemesio Raúl Roys Garzón, sus cuatro hijos quienes ya profesionales y ocupando reconocidos cargos dan muestra de esa formación fruto de un hogar sólido dirigido por una madre quien se enfocó en la perfección.

Comenta que luego de la pérdida de su esposo Raúl Roys, decidió continuar el camino sola, aferrada a Dios, guardando el recuerdo de quien fue por varios años su pilar.

“Sigo estando aferrada a Dios, desde que Raúl se fue es Dios quien me apoya y me da la fortaleza para seguirlos guiando, porque una madre nunca deja de guiar a un hijo, así pasen los años siempre la mamá va a estar ahí y siempre va a quedar en ese hijo algo de lo que ella le dice”.

Para esta madre lo más valioso que se puede dejar a los hijos es el amor, la educación y encomendarlos a Dios, ya que esto los llevará a ser útiles a la sociedad, personas en quien los demás puedan confiar.

Como digna mujer guajira, aguerrida, no se amilana, Carmen Lonieth estuvo al frente no solo de su hogar sino también de entidades públicas y privadas, comenzó a la edad de 15 años como secretaria del banco del Comercio donde llegó hasta la gerencia por sus conocimientos en administración y comercio.

En la década de los 80 incursionó en la política llegando a ocupar cargos como Diputada, Concejal y Alcaldesa en dos ocasiones; también estuvo al frente de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca a nivel departamental, demostrando siempre un trabajo íntegro sin doblés.

Con estas envestiduras Carmen afianzó el respeto y reconocimiento que ya se había ganado gracias a sus principios. Hoy día en la comodidad de su hogar recuerda llena de regocijo esos días de trajinar que le dejaron grandes enseñanzas como mujer y como madre.

“A las mamás les digo que hay que luchar por los hijos, enseñarlos y corregirlos en el momento preciso, hay que poner todo el capital que se tenga a disposición para que los hijos se eduquen, esto les dará en el mañana la tranquilidad de mirar a los ojos a ese hijo que sin palabras te dirá gracias”.