

Con la celebración del domingo de ramos que marca el inicio de la semana mayor, es costumbre ver a la feligresía colombiana acudir a la iglesia con la palma de cera que desde hace año forma parte de una campaña de conservación, con la intención de evitar su extinción, ya que es considerado el árbol nacional.
La palma de cera, se ganó este título por su protagonismo en la historia de Colombia, sus registros de vida datan desde hace 200 años, llegando a medir entre los 60 y 80 metro de altura, muy buscada en los días de semana santa, pero eso protagonismo se ha venido representando en el respeto por la naturaleza y su conservación. El llamado de los representantes de la iglesia fue un no a la comercialización de esta palma ya que se encuentra en peligro de extinción.
Aunque en La Guajira no es común verlo por la tipología de sus tierras, la feligresía también atendió este llamado, cambiaron la palma de cera por árboles frutales, flores y otras ramas como simbología de alabanza por la llegada de la semana santa.
En la catedral Nuestra Señora de Los Remedios, el sacerdote Samuel Chavarro Collazo, lideró la bendición de los ramos con el rocío de agua bendita y la celebración de la eucaristía, donde los cristianos católicos de Riohacha y otros municipios asistieron a la ceremonia religiosa llevando un sus manos cogollos de mango y otros arbustos, el llamado fue a la siembra de estos en los hogares para preservar la vegetación.
El Presbítero invitó a los asistente a vivir plenamente estos días de reflexión, acompañando a Jesús en su pasión y muerte, “un camino que se debe vivir con júbilo esperanzados en la resurrección, que es el cambio a la vida nueva que Dios quiere para todos”, expresó.