Caracterizado por ser un género variado de música popular que nace en los años 60 aproximadamente como derivación del rock and roll que surgió a principios de la década de 1950 en Estados Unidos.
La guitarra eléctrica, la batería, el bajo, son algunos de sus instrumentos más predominantes, sin embargo a medida que ha evolucionado cada agrupación ha impuesto su propio estilo musical, con la mezcla de sonidos nuevos o subgéneros del mismo.
Por lo general, los temas musicales de este género van enfocados a problemáticas sociales, políticas, sin dejar a un lado el canto al amor y las emociones que puedan surgir.
A nivel mundial cada 13 de julio se celebra esta fecha abriendo un espacio para el reconocimiento de las buenas acciones que han hecho sus exponentes más reconocidos y es que en 1985 se produjo la mayor concentración de grandes estrellas de la música, al año siguiente se escogió este día en homenaje a este evento llamado Live Aid.
Queen, U2, Eric Clapton, The Who, Paul McCarney, Phil Collins, Mick Jagger, Tina Turner, entre otros que unieron sus voces para recaudar fondos a beneficio de Somalia y Etiopía, países del continente africano que atravesaban por una crisis de hambruna.
Para quienes se preguntan si hay personas que escuchan este tipo de música en La Guajira, un territorio caracterizado por la predominancia de la música de acordeón pues ciertamente si, existen algunas agrupaciones musicales amantes de género que también quieren aportar a la sociedad mostrando otro tipo de música.
‘El Bosón de Higgs’ es una ellas y está conformado por jóvenes profesionales y algunos estudiantes universitarios, quienes atraídos por este estilo musical buscan aportar a la cultura riohachera, rompiendo con el estigma o prejuicios que se tiene de las personas que apuestan por este género musical y es que a nivel mundial los rockeros eran vistos como “las ovejas negras” de muchas familias.
Este grupo está conformado por Adrián Radillo Cotes, Cristian Montoya, Israel Aguilar, Paul Abuchaibe y Yosep Romero, conocido como Harleko quien se ha dado a conocer en el mundo del hip hop pero se ha asociado también con este grupo musical.
Adrián Radillo Cotes, es el vocalista de la agrupación y combina sus trabajos de investigación en microbiología con este género musical, este joven riohachero reconoce que no son los primeros en conformar un grupo o hacer presentaciones en este territorio ya que en años anteriores también surgieron otras bandas, bares de rock en la ciudad que pretendían ofrecer algo distinto.
Radillo Cotes destaca que estas no han permanecido en el tiempo y se deba quizás a la intermitencia o la presión de la cultura musical propia de la ciudad que comparte la dinámica propia del caribe colombiano, ritmo típico como champeta, vallenato, “estas son más comunes para escucharlas y comercializarlas” expresó.
En este sentido el joven vocalista resalta que los músicos de alguna forma para seguir viviendo de la música necesitan que esto les genere ingresos y para eso necesitan un público que los escuche, compren sus productos y paguen por verlos porque les gusta lo que ofrecen.
Sobre el estilo que muestran como agrupación explica que han explorado las particularidades que tienen como banda y es lo que han mostrado en sus presentaciones, destaca que tienen más de un año conformados.
En el 2018 realizaron 10 presentaciones en Riohacha en espacios como la universidad de La Guajira y a principios de año tocaron en un evento en Valledupar, para ellos esos momentos han sido ‘una experiencia agradable’ a pesar del temor que se tenía en un principio de si los aceptaban o no, o si les gustaba y querían seguir escuchando.
A pesar del miedo, empezar a cantar y a tocar despejaba esos sentimientos y es que para ellos el rock sirve para ‘descargar la adrenalina’ y lo interesante de participar y escucharlas se basa en el ‘desglose de toda una estructura, técnica, sentimientos que hay detrás de cada canción’.
En todo este proceso han contado con el apoyo de amigos y conocidos amantes de este tipo de música y son quienes los han animado a continuar con esta práctica cultural que se convierte en una opción para quien desee escuchar algo distinto “hemos venido trabajando la parte cultural a muy pequeña escala pero se ha ido sembrando la semilla de que si, se puede”.
