Con el lavatorio de los pies Jesús manifestó que el servicio es el punto de partida de la verdadera conversión. Foto archivo particular.
-Publicidad-
-Publicidad-

Por Maybelys Ávila -Redactora de LaGUajiraHoy.com

Con el fin de los 40 días de preparación que se vive desde la fe católica durante el tiempo de cuaresma, se da inicio al momento culmen dentro de la historia de la salvación la cual tuvo un antes y un después de Cristo, el hombre que transcendió y transformó a la humanidad.

El triduo pascual marca el centro de la semana mayor, representa los tres momentos importantes dentro de esta historia, con el jueves santo, viernes santo y sábado de gloria.

-Publicidad-
-Publicidad-

La celebración del jueves santo es de gran relevancia y preparación, todos los feligreses acompañan los últimos momentos de Jesús antes de ser entregado para morir en la cruz, esta celebración es muy significativa, se manejan símbolos y señales que ayudan a rememorar las últimas enseñanzas de Jesús.

Representa el día del ágape o entrega de amor, según las escrituras Jesús anticipándose al final, justo en la celebración de la pascua tomó a los suyos, a los que había escogido de antemano, los sentó a la mesa y ahí les expresó el nuevo mandamiento del amor.

Este día consta de tres momentos puntuales, el lavatorio de los pies que es la muestra de servicio sin distinción y con entrega total; la última cena que representa la institución de la eucaristía y el sacerdocio, y la oración en el huerto donde Jesús reconociéndose humano y débil pide fortaleza en la oración.

Con el lavatorio de los pies Jesús manifestó que el servicio es el punto de partida de la verdadera conversión, él mismo sirvió a sus discípulos, instruyendo que el amor al prójimo es completo y desinteresado.

Este signo queda sellado en la última cena, con el pan y el vino entregado a los discípulos, deja como mandato “hacer esto en memoria mía”, instituyendo la eucaristía y el sacerdocio, que en cada celebración de la misa se conmemora como el acto más puro de fe y amor.

Y es que para la fe católica, todo se centra en la eucaristía, el jueves santo el momento propicio para vivir y entender el significado de este fervor Cristiano, toda la feligresía se prepara durante este día para fortalecer el espíritu, afrontando la muerte del pecado en la cruz y a vivir a plenitud la resurrección a la nueva vida.