Nairibel Ramírez Mejía, sobrina de ‘Rambo’
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El fallecimiento inesperado de Jair Lopesierra Salas, mejor conocido como ‘Rambo’ trastocó las emociones de la colectividad riohachera y sus impresiones a través de las redes sociales no tardaron en llegar, acerca del destino del cadáver del personaje popular y el sentido de pertenencia que debieron tener sus parientes ante su situación de calle.

Más allá de sus excentricidades como un personaje popular en la ciudad, también tuvo una vida difícil. «A ‘Rambo’ lo volvieron loco», afirma su sobrina, Nairibel Ramírez Mejía, con mucha seguridad a La Guajira Hoy.

Nairibel es hija de uno de los hermanos de Jair, llamado Manuel Domingo Ramírez Pérez. «Rambo era el décimo de 11 hermanos, provenientes de Cuestecitas, Albania. A mi tío lo volvieron loco hace 14 años atrás, uno de los trabajadores de un señor que lo tenía a cargo aquí, en Riohacha».

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Al parecer, ese trabajador le empezó a tener envidia, porque todas las cosas se las daban a ‘Rambo’ y existía una preferencia. Es por eso, que toma la decisión de darle a fumar ‘aldrin’ en un tabaco de marihuana, desde ese episodio su vida nunca más volvió a ser la misma.

«Mi mamá, es decir, su cuñada, hizo las diligencias para llevárselo a vivir a Bucaramanga para que fuese tratado. Pero mi abuela, Francisca Pérez, le negó la posibilidad de que ‘Rambo’ volviera a la normalidad, no por recursos, porque sí lo había por la Alcaldía, sino por ignorancia. Por lo que fue amarrado con cadena y candado, porque estaba agresivo en ese entonces», siguió relatando la sobrina.

Se conoció que su hermano menor, Avelino Ramírez Pérez, por miedo, un día cualquiera, prefirió soltarlo en el barrio Cooperativo y ‘Rambo’ se fue a la calle… una de las hermanas del recién fallecido, le hizo un ‘cuartico’ en el patio de su casa para que viviera allí y donde permaneció gran parte de sus años.

«De hecho, Rambo sacaba osamentas del cementerio Central y las llevaba hasta su pieza, porque en su mente existía la idea, de que esos muertos ‘mataran’ a su mamá, porque ella fue lo había mandado a amarrar. Al cabo de 15 años se fue de la casa y más nunca quiso volver», indicó.

Desde entonces, los familiares de Jairo Lopesierra empezaron a tenerle mucho miedo por la agresividad que generaba al verlos. Pero a lo únicos que reconoció como familia y sobrinos, fueron los hijos de Manuel Domingo.

«A él siempre le hacían broma con que estaba muerto y eso lo molestaba mucho. Pero una prima y yo, íbamos a ver si eso era cierto en el Cementerio y tenemos de testigo al señor Tomás y a los hijos del señor Toñé. Y ahora que murió, la gente empezó a especular de que ‘Rambo’ no tenía familia y la verdad es que sí tiene familia», señaló.

Su sobrina indicó que al principio su tío se quería poner agresivo, pero al cabo de unos minutos la reconoció. Asimismo, reconoció y agradeció a Sonia Bermúdez por hacerse cargo de él, al estar al pie del cañón de recuperarlo y a los hijos del Toñé, porque, al fin y al cabo, ellos también fueron su familia.