María del Pilar Fonseca Londoño, sirviendo comida
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“Nunca me imaginé abrir y estar a cargo de una fundación, pero ahora que estoy aquí, no me imagino fuera de ella, la corporación forma parte de mi vida”, así se expresa Pilar con un brillo en los ojos cuando habla de su dedicación a tiempo completo en la Fundación Fonseca Siosi, un sueño que tuvo su papá y que hoy ella junto a sus hermanos y amigos han hecho realidad.

María del Pilar Fonseca Londoño, es una mujer de 50 años de edad, administradora de profesión, de sonrisa tierna y hablar pausado, esposa y madre de cuatro hijos, heredera del recordado ex gobernador de La Guajira Cristóbal Fonseca Siosi y la señora Graciela Londoño de Fonseca, quienes sembraron en el corazón de sus hijos la calidad humana que caracteriza a la familia y de quien heredó los valores fundamentales de vida, su mayor riqueza.

La solidaridad, entrega, sencillez y el amor al prójimo, hace que todos los días María del Pilar llegue a las 2:30 de la tarde a la casa materna de su padre, en el barrio arriba, que hoy funge como sede de la Fundación Fonseca Siosi de cuidado al adulto mayor, para dedicarse a los 30 abuelos que forman parte de la fundación; “este es un trabajo gratificante que hacemos con mucha entrega sin ningún beneficio económico, solo el regalo de amor que transmiten los abuelitos” expresa con mucho orgullo.

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Repartiendo alegría.

Su tiempo lo divide entre la atención de la fundación y las tareas del hogar, “cuando no estoy en la fundación, dedico mi tiempo a mi hija pequeña y mi esposo, y preparo las actividades, los cronogramas, visito a los amigos para buscar aportes”, manifiesta con una sonrisa en su rostro llena de orgullo porque su familia también ha hecho suya esta misión.

Labor que es digna de cualquier reconocimiento por la dedicación incondicional; cuanta María del Pilar que su esposo la apoya en la logística de las actividades de esparcimiento, sus hijos le colaboran con la ambientación y pintura de la fundación y sus hijas preparan bailes y presentaciones para las actividades de celebración especial; toda la familia sueña junta.

María del Pilar lleva tres años fuera de su área profesional y desea poder ejercerla nuevamente, pero también anhela que le permita seguir llevando este proyecto adelante, “no quisiera dejar la fundación nunca, quiero trabajar en algo que pueda combinar con la fundación”, espera que algún ente departamental pueda reconocer el trabajo que hacen y brindarle un aporte económico.

Ella junto a su ahijada Tatiana Flores, son dos mujeres que dedican su tiempo y su vida a este trabajo, que aunque no reciban la remuneración económica que tanto hace falta, están dispuestas a seguir llevando alegría a sus abuelos postizos, “las familias de los abuelitos están muy agradecidos porque han visto el cambio positivos en ellos, invitamos a todos a que nos ayuden a ayudar” concluye María del Pilar Fonseca Londoño.