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Por Jefry Machado González.

No fue la misma emoción de los días pasados. Esta vez no hubo caravanas que festejaran el triunfo de la selección de Colombia en Riohacha. Fue otro ambiente, una mezcla de sentimientos encontrados entre la tristeza y la satisfacción de saber que los cafeteros dieron todo en Rusia.

Los guajiros depositaron su atención en un partido bastante reñido entre el equipo de Inglaterra y Colombia y en el centro comercial Suchiimma el nerviosismo también se vivió, pese a que los connacionales estaban en desventaja, Yerry Mina le devolvió la esperanza a todo el país con su empate en el minuto 93.

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Se dispusieron los minutos que alargaban el juego, mientras tanto unas pocas personas se retiraban del Centro Comercial alegando que era un partido perdido, sin embargo, la mayoría se quedó en la Plaza Gourmet y vivió de cerca el desafío de los penaltis, luego de haber concluido con un empate (1-1).

En los penaltis cada anotación era sinónimo de festejo, pero luego de la tercera oportunidad, Colombia pierde sus posibilidades, tras las anotaciones positivas de Inglaterra, quedando el resultado así: (3-4).

Culminado el partido, los presentes se retiraron cabizbajo, otros se abrazaron y lloraron. Mientras que un hombre soltó a decir fue un «partido guerreado y pese a las distancias que hace unos meses teníamos por ideologías políticas, hoy toda Colombia fue una sola».