Vilma Ramírez Almazo, goza cada que se reúne con sus abuelos.
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Vilma Ramírez Almazo, es una mujer guajira nacida en el corregimiento de La Punta de los Remedios. Conservadora, tradicionalista, con vocación campesina y alma de líder.

Se casó a los 17 años, tuvo su primer hijo antes de cumplir los 18. Desde entonces, se ha dedicado a la crianza de sus hijos y al cuidado de su esposo.

Su alma de líder y madre la motivó para fundar la Fundación Revivir Riohacha, en diciembre de 2011. Su objetivo es poder darle cada semana un espacio diferente a más de 60 abuelitos en edades entre 65 y 90 años. Cada domingo sin falta, se reúnen para bailar, contar anécdotas de su juventud y en escasas oportunidades recibir jordanas de salud y bienestar que Vilma logra tramitar con entes públicos.

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Vende plátano, guineo verde, mango y otras frutas que cosecha de una pequeña finca que tiene en su pueblo natal. Al igual comercializa productos por medio de catálogos, el recurso de esas actividades lo invierte cada semana en organizar la visita de los domingos. Preparar almuerzo, refrigerio y uno que otro pasabocas para sus más de 60 hijos adoptivos que la superan en edad, pues, ella es la menor de todos.

Reconoce que no es fácil la labor. En muchas ocasiones no cuenta con recursos para preparar la jornada dominical pero siempre hay un ángel; sus hijos, vecinos y/o amigos le aportan para que, sin falta, cada fin semana pueda disfrutar todos y salir de las estresantes actividades cotidianas de las personas de su edad.

Fundación Revivir Riohacha, creada para servirles a los abuelos.

Tienen muchas necesidades; una silla de rueda para una abuelita que sufrió derrame cerebral, medicamentos y un botiquín de primeros auxilios, materiales didácticos, sillas, filtro para agua en fin, son muchas las cosas que necesitan pero es optimista y su ganas de sacar a sus “viejitos”, como cariñosamente les dice, no desfallecen.

La Fundación está ubicada en el barrio Cooperativo pero hay abuelitos de barrios tales como Barrio Arriba, Marbella, Jorge Pérez y José Antonio Galán. Funcionan en un lote prestado de un vecino de la zona, sin embargo, no deja de sentir preocupación ya que, en cualquier momento, pueden quedar a la deriva.

Hoy ya tiene 68 años, seis hijos, 14 nietos, 2 bisnietos y 60 hijos adoptivos. No habla mucho de su juventud, de lo que si habla es de su presente. Después de tantos años no abandona su labor de madre. Sus hijos ya crecieron, formaron sus propios hogares pero ella siguió  a quién seguir brindando ese amor de madre que le sobra.