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El Consejo de Estado, en fallo del pasado 30 de enero, obliga a la Nación a indemnizar a la familia del guajiro Samuel Orlando Mengual
Alarcón, quien fue muerto en la cárcel Modelo de Bogotá.
El
Estado es responsable de cada detenido “la víctima, al margen de las razones de
su detención, se encontraba imposibilitado para ejercer su defensa y al amparo
de la guardia”.
Con ese argumento, la sentencia con ponencia de la magistrada Stella
Conto Díaz del Cantillo, se establece que no había nada que eximiera a las
autoridades de su responsabilidad respecto de la muerte de Mengual Alarcón. 
Es preciso recordar que el 5 de enero de 1995, el comerciante se
encontraba preso en la cárcel Modelo de Bogotá, por un proceso en su contra por
supuestos nexos con el narcotráfico. Ese día, otro recluso, Jesús Aldemar
Delgado Córdoba, lo asesinó con un revólver que le había dado un guardia del
Inpec.
También se conoció que otros dos miembros de la entidad ayudaron a que se
cometiera el crimen. Por ello, en un reciente fallo, el Consejo de Estado le
ordenó al Estado indemnizar a algunos de los familiares del Rey de La Guajira.
Mengual Alarcón fue capturado el 4 de abril de 1994 en inmediaciones de
la auto pista cuando se aprestaba llegar a Riohacha procedente de Barranquilla.
Después de su detención fue llevado a clínica Riohacha porque se le alteró su
salud.
Su aprehensión la realizó el DAS y con el apoyo de la Policía antinarcóticos
y en horas de la tarde fue llevado al aeropuerto Almirante Padilla y en un
vuelo privado llevado a la capital del país.
Para el Consejo de Estado, la responsabilidad estatal en la muerte de
Mengual Alarcón era evidente debido a que un guardia de la cárcel Modelo, Luis
Felipe Goyeneche Tarazona, le dio al confeso sicario, Jesús Aldemar Delgado
Córdoba, el arma calibre 38 con la que asesinó al comerciante guajiro.
Delgado Córdoba contaba, además, con 12 balas impregnadas de cianuro, que
fueron ingresadas al centro penitenciario sin ningún problema. Además, el
asesino había sido trasladado de forma irregular del patio cuarto al patio
quinto, en el que estaba recluido Mengual Alarcón.
Ese traslado, realizado una semana antes del asesinato, no había sido
aprobado por el director de la cárcel. Quienes sabían del cambio de patio eran
la secretaria del director, Lucero Aristizábal Cardona, y el encargado de
sistemas de la cárcel, Orlando Celis García. De acuerdo con el Consejo de
Estado, ellos “permitieron y colaboraron con el traslado de celda del homicida
y facilitaron el ingreso del revólver calibre .38 con silenciador y munición”.
Por ello, los funcionarios fueron declarados insuficientes entre enero y
marzo de 1995 y retirados de sus cargos. Se habló de que detrás de la muerte de
Mengual Alarcón había una venganza criminal porque, supuestamente, estaba en
negociaciones con las autoridades para recibir beneficios jurídicos a cambio de
información sobre algunos narcotraficantes de la Costa. Esto nunca se comprobó.
Por ello, el Estado debe indemnizar a los familiares del Rey de La
Guajira, como lo bautizó Diomedes Díaz. La canción que le hizo nunca fue
grabada. La cantaba en sus presentaciones cuando éstas llegaban a su clímax y
entonces decía: “Esta es una canción de un artista para un amigo”.
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