Una vez más, el Centro de Desarrollo Infantil (CDI) ‘Mi Nuevo Mundo’, ubicado en el barrio Doce de Octubre de Fonseca, fue víctima de la delincuencia. Ladrones desvalijaron las instalaciones, dejándolas sin las condiciones necesarias para seguir ofreciendo sus servicios a la comunidad. Entre los objetos robados se encuentran ventiladores, una turbina y otros equipos esenciales para el funcionamiento del centro.
El hurto se produjo, según las primeras indagaciones, entre la noche del domingo y la madrugada del lunes, momento en que el sector se encontraba sin energía eléctrica, lo que facilitó las acciones de los delincuentes. Aprovechando la oscuridad y la falta de vigilancia, los ladrones forzaron una reja y destruyeron varias láminas del techo para ingresar al establecimiento, específicamente a uno de los salones pedagógicos donde se encontraban los objetos sustraídos.
Mary Cruz Cuesta Córdoba, coordinadora del CDI, lamentó profundamente lo sucedido, destacando que los mayores afectados son los 100 niños que diariamente asisten al centro. “Este robo afecta gravemente nuestras operaciones, ya que no contamos con los recursos para reponer los elementos robados. Gracias a Dios no lograron ingresar a la cocina, donde almacenamos los alimentos para los niños”, señaló.
La situación se agrava debido a la falta de vigilancia en el CDI, un problema recurrente que también afecta a otras instituciones educativas de la región. La coordinadora expresó su preocupación por la indefensión en la que se encuentran estas instituciones, que se ven expuestas constantemente a robos sin poder prevenirlos debido a la carencia de seguridad en las instalaciones.
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El drama que enfrenta este CDI no es nuevo. En múltiples ocasiones, los delincuentes han ingresado al centro para robar todo lo que encuentran a su paso, causando grandes perjuicios a los niños, hijos de familias en condiciones vulnerables. Estos pequeños dependen de los servicios del centro no solo para recibir cuidados diarios, sino también para su formación integral, mientras sus padres trabajan para salir adelante.
Ante la situación, la comunidad hace un llamado urgente a las autoridades locales para que refuercen las medidas de seguridad en el sector y en los centros educativos, a fin de proteger a los menores y garantizar el funcionamiento de estas instituciones tan importantes para el desarrollo de los niños de Fonseca.