Por Iván Márquez, especial para La Guajira Hoy.
Según el último informe de Migración Colombia el municipio de Maicao y el Distrito de Riohacha, son los entes territoriales donde se concentra la mayor cantidad de extranjeros.
Los venezolanos en su mayoría llegan a La Guajira a través de las 180 ‘trochas’ a lo largo de 249 kilómetros de frontera que tienen los dos países y así es imposible contabilizarlos. Muchos de esos extranjeros entran al territorio guajiro de manera ilegal.
La salida de Venezuela tiene muchas circunstancias; al principio buscando mejorar forma de vida, progresar y darles estabilidad y comodidad a sus familiares. Otras por aprovechar una oportunidad bien sean de estudiar o escalar en el trabajo.
Muchos de los que se quedan en La Guajira llegan con las manos vacías o sin ninguna profesión, tienen dificultades para trabajar o establecerse, el dilema es en general, la competencia es voraz, se trata de sobresalir, no como antes que era sobrevivir, hay que demostrar quién es el más fuerte y preparado, física y mentalmente para desempeñar un cargo o labor.
En Maicao como pueblo fronterizo y por supuesto Riohacha la capital, en donde trabajan varios venezolanos desempeñando distintas labores para sobrevivir. Se ha estigmatizado al venezolano, el gentilicio de allá, porque algunos de ellos están inmersos en delitos y otros actos ilícitos, pero no se puede generalizar, puesto que gente buena y mala existe en todas partes.
Este es el número de venezolanos, que se encuentran en La Guajira, hasta el momento, siendo Maicao el que más tiene con 51.077; Riohacha 46.389; San Juan del Cesar 11.459 y Fonseca 11.676.
Además en Uribia conviven 8.946; Barrancas 5.194; Albania 3.388; Dibulla 2.331; Villanueva con 2.277; Manaure con 2.116; Hatonuevo 2.780; Distracción 1.615; El Molino 393; Urumita 342, y La Jagua del Pilar con 158.
Estas, son cifras reveladas por la oficina de Migración y su Director general para el Cesar y La Guajira, Miguel Romo, sin olvidar que por las trochas transita mucha gente, que no se puede contabilizar así lo expresó su representante.
Alguno de ellos, tienen doble nacionalidad, porque uno de sus padres es de Colombia, también por la cercanía y los lazos comerciales, es por ello que pueden transitar libremente, como es el caso de Noraima Ipuhana González, de la etnia wayuu, quien nació en Maracaibo, pero su padre es nativo de La Guajira colombiana y su madre venezolana.
Cuenta Noraima, quien tiene 38 años de edad, “que lleva tres años en Colombia, desempeñándose en las labores de casa de familia, que lo hace en distintos sitios, porque lo que gana no le alcanza para pagar en donde vive, que son COP $450 mil mensuales, gana quince mil o veinte mil pesos diarios por cada casa que visita, que le toca hacer de todo, lavar, cocinar, planchar y se siente explotada por tanto trabajo”.
Dice Noraima, que tenía a su madre aquí, pero se regresó para Venezuela, por las condiciones de vivienda, que tiene un hijo de 10 años y también responde por sus hermanos menores.
Finalmente comenta Noraima, que no sabe si regresarse o quedarse, está en esa disyuntiva, tiene un lote en una invasión y quiere construir, allá la situación está complicada, debido a que persiste el enfrentamiento político y el pueblo, el más débil, en el medio llevando la peor parte, aunque en su tierra tiene una vivienda, pero no es fácil conseguir el sustento diario para su familia.
