

A las filas del Ejército Nacional llegó un joven oriundo del municipio de Dibulla con una maleta cargada de sueños, entre ellos, servirle a la Patria, convirtiéndose en su proyecto de vida.
Hoy es un hombre, se trata de Hidalgo Antonio Ramírez Almazo, quien permaneció más de 40 años en el glorioso Ejército y 32 desde que fue enviado a la Escuela Militar de Suboficiales a formar la banda de Guerra más grande que tiene Colombia e incluso Suramérica.


En el año 1984 se encontraba en el grupo mecanizado Rincón Quiñones en la ciudad de Bogotá, desde ahí fue enviado al batallón Guardia Presidencial a hacer cursos de instructores de bandas de guerra “desde entonces me he desempeñado en ese campo, organizando y formando las diferentes bandas en batallones y escuelas del Ejército Nacional”.






En el diálogo con esta casa periodística, el Sargento Primero, indicó «que las bandas de Guerra, se organizaron desde la época de la colonia, donde en las diferentes batallas se necesitaba animar las tropas al combate. Desde nuestros antepasados han utilizado los toques de percusión y de viento, de trompeta y de corneta para animar las tropas al combate o retirarlas de la operación, cuando las cosas no han salido bien”.


Como es tradición, cada 20 de julio, la escuela militar de Suboficiales Sargento Inocencio Chincá, se vistió de gala para conmemorar la fiesta patria que representa la libertad del pueblo colombiano y reúne a toda la nación en un solo sentir patriota. El dibullero indicó, “contamos con una banda de Guerra con más de 375 alumnos, los cuales ayer 20 de julio hicieron su insigne demostración al rendir honores a nuestra patria en el Día de la Independencia de Colombia”.
“Las Bandas de Guerra de nuestra Escuela Militar de Suboficiales Sargento Inocencio Chincá, está conformada por una dirección y mando que la hacen los bastones; los tambores mayores, una parte melódica que las hacen las liras, las trompetas y las cornetas, una percusión mayor que la conforman los bombos, los platillos y los tambores y una percusión menor que la componen las granaderas y los redoblantes”.
Ramírez Almazo expresa con orgullo, «estoy jubilado, aunque los años han pasado, mi juventud quedó en el servicio que ejerzo, porque cada vez que enseño y oriento un grupo, siento que estoy dejando mi legado, la razón por la cual vine a este mundo: a servir a mi patria con honor y orgullo guajiro«.